Kiko Matamoros es uno de los rostros más conocidos de la televisión, habitual de los programas del corazón y carne de reality. El colaborador de ‘Sálvame’ es uno de los más temidos. No se calla absolutamente nada. El padre de Diego y Laura Matamoros siempre nos tiene acostumbrados a sus constantes peleas con sus hijos, sus compañeros, incluso con su amor, y también sus deudas. Siempre tiene una excusa para conceder una entrevista en plató. Además, participa en casi todos los programas de la cadena. Y aún así se ha dejado cosas en el tintero.
Ahora que cuenta con una gran popularidad, Kiko Matamoros ha querido denunciar al colegio de su infancia donde afirma que vivió un auténtico infierno. Estudió en el colegio Sagrada Corazón, en Madrid donde él ha confesado que trabajaron unos "Auténticos maltratadores que actuaban con un sadismo digno de campo de concentración”.
La dura infancia de Kiko Matamoros
Su testimonio tiene como protagonista a un clérigo al que apodaron como “el pato”. Recuerda cuando le propinó una paliza que le dejó sangrando en el suelo. "Desnortado, caí al suelo en estado de semiinconsciencia, sangraba por la nariz, veía borroso, me dolían los brazos de parar golpes, y me pitaba un oído. Allí me dejo tirado en el suelo. Tenía diez años, hijo de p***”.
Llama a uno de sus profesores "auténtico depredador incapaz de reprimir sus instintos más obscenos. Ejercía la pedofilia con bulímica ansiedad, absoluta impunidad y desvergüenza", siendo este denigrante trato algo habitual allí: "tan cotidiana como la violencia física, era la sexual”.
Sin ningún miedo, Kiko Matamoros ha narrado como este ser tocaba las partes íntimas de sus alumnos. "Sobando el contorno de su elegido”. Reconoce que con él no fue más allá de esos tocamientos, pero con otros compañeros “corrieron peor suerte”.
Parece que Kiko Matamoros no se está inventando absolutamente nada. El colaborador de ‘Sálvame’ ha recibido el apoyo de algunos ex alumnos del colegio. "Yo fui alumno de ese colegio de 1970 a 1982. Todo lo que aquí se relata es exacto y real. Los que no estuvieron lo pueden ver exagerado… pero no lo es”.