La llegada de las redes sociales marcó un antes y un después en el mundo del espectáculo. Anteriormente, los paparazzis eran los únicos que disponían de fotos de las celebridades fuera de los sets de filmación, los escenarios musicales y los estudios fotográficos especializados. Ellos se encargaban de mostrar a los famosos en sus facetas más ‘reales’, sin maquillaje, en chándal o haciendo las compras. Por estas fotos, los medios de comunicación llegaban a pagar una verdadera fortuna para obtener una exclusiva que protagonizaría sus próximos titulares.
Pero todo esto dio un giro de 180° cuando las propias celebridades comenzaron a postear su día a día en sus cuentas personales. Esto fue un golpe bajo para los implacables fotógrafos de celebridades, quienes tuvieron que adoptar nuevas medidas para seguir haciendo de su profesión un oficio muy rentable. Por esta razón, decidieron registrar los derechos de autor de cada una de sus fotos, obligando a las celebridades a pagar miles de euros por usar alguna de estas fotos tomadas de manera informal en las calles. De esta manera, los paparazzi volvieron a tomar la delantera, pero no por mucho tiempo.
Celebridades como Gigi Hadid o Khloé Kardashian se sorprendieron al conocer que debían pagar por usar fotos de ellas mismas, tomadas por paparazzis, en sus redes sociales, asegurando que les parecía una auténtica locura que otras personas se enriquezcan con sus fotos. Por ese motivo, un grupo de famosos decidieron atacar el problema de raíz, siendo Kim Kardashian unas de las pioneras en el contraataque mediático.
Cansada de que los paparazzis hicieran lo que quisieran con sus fotografías, la socialité decidió hacer justicia por su cuenta, publicando un tweet, en 2018, en el que revelaba su posición en contra de las agencias de paparazzis que estaban cancelando las cuentas de los fans que republicaban sus fotografías: “¡Tenemos que pensar en algo que hacer! ¿Quizás crear nuestra propia agencia, y que así los fans puedan subir lo que quieran? Dejen que haga una lluvia de ideas con la familia”, escribió en su cuenta de Twitter.
Poco tiempo después, la socialité dio con la solución, explicándola de nuevo en todas sus redes sociales: “Ahora todas las imágenes que subo son tomadas por mi propio equipo de paparazzi, por lo que pueden repostearlas cuanto quieran. Las que no hayan sido tomadas por ellos serán etiquetadas de forma pertinente, por lo que les pido que no compartan esas”. De esta manera, Kim se convirtió en un genio del marketing y de la gestión de redes sociales, creando una marca personal basada en su propia imagen.
Gracias a esta innovadora idea, los miembros del grupo italiano Måneskin, ganadores de Eurovisión 2021, la cantante Camila Cabello y hasta la mujer del multimillonario Elon Musk, la cantante Grimes, han decidido tomar las riendas de lo que se publica de ellos en los medios de comunicación y redes sociales, manejando totalmente la narrativa de sus vidas, sin tener que esperar por la interpretación o el uso indebido del contexto que puedan usar los paparazzis en su contra.