Durante los últimos años, Lady Gaga ha protagonizado una de las evoluciones de estilo más sorprendentes en la industria del espectáculo. En el inicio de su carrera, la intérprete de “Bad Romance” impactaba a sus fans con sus looks extravagantes, sus peinados elaborados y su maquillaje llamativo. Ahora, después de varios años liderando la industria de la música, la cantante ha optado por atuendos elegantes, glamourosos y atemporales para las red carpets, dejando los looks irreverentes para el escenario.
Después de varios años soportando las críticas con relación a su apariencia y su sentido de la moda, la cantante ha logrado crear una imagen de sí misma mucho más cercana, alejada del concepto de perfección y los estereotipos de belleza que se suele esperar de una celebridad. Por este motivo, ha decidido utilizar su influencia en las redes sociales para mostrarse al natural frente a sus fans, demostrando que al igual que el resto de los mortales también tiene imperfecciones y eso no es motivo de vergüenza.
Haciendo una clara apuesta por la belleza natural, la actriz de “La Casa Gucci” ha publicado un vídeo en la sección de stories de su cuenta de Instagram sin una gota de maquillaje, mostrando sus evidentes ojeras, su cara totalmente lavada y las raíces oscuras de su pelo que contrastaba con el resto de su melena rubia platinada. Usando un filtro de pequeños brillos flotantes, la cantante se tomó unos minutos para grabarse con su look de estar por casa, luciendo un top de tirantes blancos y un short de chándal del mismo color. Aunque la artista es la CEO de Haus Labs, una empresa de maquillaje 100 % vegano y cruelty -free, lo cierto es que ha querido dar un poderoso mensaje al mostrar su belleza natural en un entorno donde la superficialidad está a la orden del día. Con esta foto, la cantante demuestra que no es necesario ocultar la realidad a través del uso excesivo de filtros digitales, una herramienta tecnológica que ha causado que muchas personas jóvenes sientan la necesidad de cumplir con una expectativa falsa de belleza, causándoles ansiedad y pérdida de la autoestima a causa de lo que se vende en las redes sociales como “perfección” y “belleza”.
Este impacto de la belleza ficticia ha generado un alto nivel de inseguridad en la población más vulnerable entre los usuarios de las redes sociales: los jóvenes. La presión por la concepción de belleza ha sido tan significativa que se ha generado un trastorno relacionado con la apreciación personal y el uso de filtros de internet llamado “dismorfia de Snapchat”, un término creado por el Dr. Tijion Esho, especialista en medicina estética. Aunque aún no se considera una enfermedad, esta conducta errática está preocupando a los expertos en salud mental y a los cirujanos estéticos, ya que en el último año ha aumentado en un 24 % el número de pacientes menores de 25 años que se someten a una cirugía plástica para tratar de recrear su cara al usar algunos filtros de las redes sociales.