Aunque falleció una semana antes de su esperada entrevista en plató, Albert Solà estaba dispuesto a explicar en el nuevo programa de Carlota Corredera que él era hijo del rey emérito Juan Carlos I y tenía todas las pruebas. El catalán falleció en un bar de manera súbita. Una muerte que a día de hoy muchos consideran sospechosa, ya que el hombre no tenía ningún problema de salud, aunque es cierto que llevaba días nervioso y estresado, supuestamente, por su próxima aparición televisiva. Su familia, que ya le ha dado el último adiós, planea pedir una segunda autopsia, y más después de las investigaciones de ‘Quién es mi padre’.
Aunque no pudieron contar con él en plató debido al fatal desenlace, el programa emitió las declaraciones grabadas el pasado mes de junio en las que defiende que su padre es Juan Carlos I. Consiguió una prueba de ADN a través de un vaso del rey emérito y los resultados dieron un 99,9% de coincidencia. Él siempre ha defendido esta teoría, aunque en 2015 el Tribunal Supremo archivó el caso por considerarlo inconsciente.
“Este programa ha tenido acceso a este informe preliminar de la autopsia de Albert Solá. En este momento, y a la espera del resultado definitivo de la autopsia, el informe refleja que Albert murió debido a un infarto agudo de miocardio”, reveló Carlota Corredera. “Los ánimos en el entorno de Solá están muy caldeados, es muy probable que se planteen pedir un segundo análisis del cadáver”, apuntó la presentadora.
El programa, que anotó muy buenos datos de audiencia, analizó el momento de la muerte de Albert Solá. Se produjo en un bar de la Bisbal de l’Empordà, llamado Pai i Trago. Según los testigos se desplomó de forma súbita. “Pidió una copa de vino, la cogió y cuando iba para la mesa donde estaba su compañero se desplomó” aseguró una trabajadora del bar a ‘El País’.
Precisamente, en el local en el que murió se centran todas las sospechas. Las cámaras fueron manipuladas minutos antes del fallecimiento de Albert. Dejaron de grabar a los clientes para apuntar a un rincón donde no había visión de lo que sucedía. Poco después volvían a su lugar, cuando el supuesto hijo de Juan Carlos I ya había fallecido.
Una señora enviaba regalos muy caros a Albert Solà
En la entrevista grabada, Albert explicó que creció en un orfanato hasta que fue posteriormente desplazado a Ibiza, donde una familia se encargó de sus cuidados durante un tiempo. "Con el tiempo he averiguado que a la familia de Ibiza le hacían pagos bien remunerados por cuidarme", aseguraba Albert en su entrevista. A los tres años volvió a Barcelona para ser adoptado por otra familia. Él se fijó en los regalos carísimos que le daba una misteriosa mujer de vez en cuando. Años después descubrió que se trataba de Mercedes de Borbón, la madre de Juan Carlos I y su supuesta abuela.
A medida que creció, ya con otra familia, fue recibiendo regalos aún más caros, como una moto o un coche. Y durante su servicio militar también tuvo algunos privilegios. Se le perdonaron castigos y se le proporcionaban privilegios misteriosos, sin explicación.
En 2007 aseguró que un agente del CNI contactó con él. Le pidieron una prueba de ADN, pero al ver que salió positiva la destruyeron. En ese momento le pidieron que “renunciara a los derechos sucesorios en favor de mi hermano, Felipe VI. Está grabado, ellos lo tienen", concluyó.