En los últimos días, se ha especulado mucho sobre el salto a la política de Estados Unidos por parte de Meghan Markle. Sin embargo, se ha omitido su posición de duquesa de la Familia Real Británica, título que recibió al contraer matrimonio con el príncipe Harry, sexto en la línea de sucesión al trono de Reino Unido. Después de su renuncia a sus títulos nobiliarios y a sus compromisos con la realeza británica, la exactriz se ha propuesto convertirse en la primera presidenta de Estados Unidos, una hazaña que no pudo lograr Hillary Clinton durante su candidatura contra Donald Trump. Sin embargo, algunos historiadores y expertos de la Casa Real de los Windsor han afirmado que las cosas hubieran sido muy distintas para Meghan si ella hubiese entrado a formar parte de la realeza cuando aún vivía la princesa Margarita, hermana menor de la reina Isabel II, que falleció hace 20 años.
La menor de las hijas del rey Jorge VI y la Reina Madre siempre mostró una actitud muy diferente a su hermana, quien había crecido con la presión de convertirse, algún día, en la heredera del trono británico. Margarita se caracterizaba por su personalidad irreverente, indisciplinada y rebelde. A pesar de haber sido la segunda hija de los reyes, su personalidad tan cautivadora y su imponente presencia acaparaba la atención de todos quienes la rodeaban, de la misma forma que lo hacía el príncipe Harry en su juventud. El rey Jorge VI siempre lo tuvo muy claro, sus hijas eran muy diferentes, pero se complementaban: “Lilibet (Isabel II) es mi orgullo; Margaret, mi alegría”, confesó alguna vez.
La biografía de la princesa Margarita desvela algunos de los detalles para debatir si fue su rebeldía la que dio inicio a los constantes escándalos de la realeza británico o si en realidad ella simbolizó una nueva era y una necesaria “actualización” de los cánones establecidos por los Windsor. En el documental “Margareth: A Rebel Princess”, el productor Chris Granlund aseguró que, gracias a que existió una princesa como Margarita, también pudo existir (brevemente) una duquesa como Meghan Markle, una mujer divorciada, con un pasado conocido como actriz de Hollywood (al igual que Grace Kelly, la princesa monegasca), natural y mestiza; una imagen muy contratante con relación a su cuñada Kate Middleton, quien tiene una personalidad sofisticada, impecable y muy recta, similar al de la reina Isabel II. Margarita se enamoró de un hombre mayor que ella y que además estaba casado y tenía tres hijos, algo impensable para su época, pero ella lo hizo posible.
La princesa Margarita fue la protectora de la princesa Diana de Gales y seguramente hubiese hecho lo mismo con Meghan Markle. El escritor Tom Quinn aseguró en su podcast “To Di For Daily” que Margarita seguramente “la habría amado. Tenían completamente el mismo molde”, asegurando que hubiese intentado incluirla en la familia para que no hubiese tenido que renunciar a sus títulos para recuperar su estabilidad mental y emocional por los supuestos desplantes y actos racistas de la familia de su esposo.