Siempre que puede María Patiño aprovecha para descansar, y lo hace en un lugar que para ella ya es su casa. Se trata de Fuerteventura. La presentadora está enamorada de es pequeña isla canaria. Acudía todos los veranos y ahora ha decidido comprarse una propiedad. La isla le llena de vida y le recarga las pilas para afrontar una nueva temporada de trabajo. Allí acude siempre en compañía de Ricardo, su marido. A los dos les encanta el sol y practicar surf, su deporte favorito.

El pasado verano adquirió una lujosa casa de 229 metros cuadrados repartidos en dos plantas, con tres habitaciones, dos cuartos de baño y una zona de jardín con barbacoa. Según la revista Semana, María Patiño pagó una cifra cercana al medio millón de euros.

María Patiño Corralejo

María Patiño eligió la zona de Corralejo, una de sus favoritas. La vivienda cuenta con unas vistas inmejorables. Desde su amplia terraza con grandes ventanales se puede disfrutar del mar. Está situada muy cerca del centro histórico del municipio.

María Patiño presume de una impresionante forma física en la playa 

La gallega ha cumplido uno de sus mayores sueños. Le encantaría jubilarse en Fuerteventura. "Te encontré y no te voy a dejar", escribía el pasado mes de julio en Instagram junto a varios hashtags en los que menciona a Fuerteventura y Corralejo, con una imagen junto a su perro en un playa. "Desde que perdí a mis padres, tomé la decisión de vivir el presente y no planificar el futuro. Llegaste tú, Fuerteventura y me enamoraste . Somos muy parecidas, salvajes, solitarias y universales", publicó.

casa fuerteventura

Ahora ha publicado una nueva fotografía desde su isla favorita, el rincón que le otorga paz. A la gallega todavía le quedaban unos días de vacaciones y los ha aprovechado en su recién estrenada casa de Fuerteventura. Allí ha aprovechado las altas temperaturas para darse un baño. Las cámaras la han captado con el bikini y un cuerpo musculado espectacular. Totalmente bronceada con un dos piezas de estampado de leopardo. "Con ganas de seguir luchando. La sonrisa despeinada de ir en contra de los vientos”, escribía.

María Patiño en la playa