La vida de María Teresa Campos ha cambiado de la noche a la mañana. La veterana comunicadora triunfó en la década de los 90. Era la presentadora mejor pagada de la televisión. Amasó una inmensa fortuna que le permitió vivir como una auténtica millonaria. Sin embargo, los años pasan y la madre de Terelu Campos es un claro ejemplo que nunca hay que creerse más que nadie y que es importante ahorrar para cuando llegan momento más delicados.
Hace años que María Teresa Campos no tiene un trabajo fijo en televisión. Su último proyecto fue ‘Qué tiempo tan feliz’, en las tardes de los fines de semana en Telecinco. Pero tras la caída de audiencia, el grupo de comunicación decidió darle un giro con un programa más fresco y en la línea de la cadena, así llegó ‘Viva la vida’. La malagueña lleva más de un lustro sin trabajo. Ha concedido alguna entrevista y ha fracasado con el único programa de ‘La Campos móvil’. La vida de la presentadora en televisión ha terminado para siempre.
A sus 80 años María Teresa Campos vive una situación económica precaria. De hecho, tuvo que vender su mansión en Molino de la Hoz por las grandes deudas que arrastraba. Mantener esa casa le costaba demasiado caro. El personal de servicios, jardineros, piscina climatizada, demasiados lujos que ya no están a su alcance. Tras más de cuatros años a la venta, la abuela de Alejandra Rubio ha perdido dinero con la compra de la casa. Finalmente la ha acabado vendiendo por tan solo 2,5 millones de euros. Pedía 4,1 millones de euros inicialmente.
Ahora vive en un piso más modesto de 200 metros cuadrados, con vecinos y piscina comunitaria. Ya no vemos a María Teresa Campos viajar como antes. A sus hoteles de cinco estrellas donde alquilaba una suite tan solo para las maletas. La Campos y sus hijas llevaban más de 30 maletas de equipaje.
María Teresa Campos despilfarraba mucho dinero y ahora se arrepiente
La periodista Rosa Villacastín, amiga de María Teresa Campos contó a ‘Look’ que "entraba en el hotel Coral Beach de Marbella y todo era esplendor. Viajaban con 22 maletas y tenían que llamar a un servicio de paquetería para que se las llevaran al hotel. Reservaban varias suites, una de ellas para la ropa". Y añade que nunca dejaban que nadie les invitase: "Aunque quisiera invitarlas yo, siempre iban a la barra y sacaban la tarjeta”.
Carmen Rigalt, otra amiga de María Teresa Campos y colaboradora de sus programas cuenta que "ha sido una mujer tremendamente generosa y gastona. Yo la comparo con Lola Flores. Se gastaba tanto y sin miramiento que podía alimentar a 50 personas en dos días. Yo he vivido esas comidas en vacaciones de verano y cómo Teresa les pagaba el hotel a los amigos". No obstante, añade que "más que amigos, a su paso florecían los palmeros. Regalaban mucho, y todo caro, de tal manera que incluso perdía valor humano el regalo”. Y no solo ella, también era muy caprichosa Terelu: ”En las vacaciones, cada vez que Teresa salía a comprar, era habitual escuchar a Terelu decirle ‘cómprame esto o lo otro'. Y la madre siempre llegaba con el doble de lo que la hija le pedía".