El 2022 terminó con una traca final. El embarazo de Cristina Pedroche y la última ruptura del año, protagonizada por Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa. Sin duda este año ha sido nefasto para el amor en el panorama nacional, todas las rupturas han dejado a los fieles seguidores de la prensa del corazón con la boca abierta, pero ésta más que ninguna. La relación entre la socialité y el escritor parecía de aquellas para toda la vida, pero nada es infinito. El pasado miércoles, la madre de Tamara Falcó confirmó su ruptura con el escritor a través de la revista ‘Hola’. A día de hoy ninguno de los protagonistas de la historia se ha pronunciado y todo son rumores sobre la ruptura.

Hace unos meses ya se habló de un posible distanciamiento entre ellos, especialmente cuando Mario Vargas Llosa se fue a vivir a un piso que tiene en el centro de Madrid, a escasos metros de la Puerta del Sol, pero Isabel negó cualquier crisis. Cuando se divorció de la madre de sus hijos, Patricia Llosa, se repartieron el patrimonio. La mujer se quedó con el piso de Lima, la villa de República Dominicana y el apartamento de Nueva York. El escritor, la casa de Arequipa donde nació, un piso en París y el espléndido ático del Madrid de los Austrias.

Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler teatro real
Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler teatro real

Patricia Llosa y Mario Vargas Llosa se casaron en régimen de gananciales, por tanto, podría haber exigido la mitad de los bienes y una pensión compensatoria por los cincuenta años que vivieron juntos, pero no lo hizo. Los amigos de ambos dijeron que “Patricia ha sido muy generosa y Mario ha hecho las cosas muy mal. Claro que se puede enamorar, pero la ruptura fue humillante para ella”

Mario Vargas Llosa recuperó la relación con sus hijos 

Cuando el matrimonio se separó, dos de los tres hijos de Patricia y Mario se decantaron por su madre, Álvaro apoyó a su padre. En un comunicado el premio Nobel reivindicó su amor por Isabel Preysler y aseguró que su matrimonio estaba ya totalmente muerto.

Morgana Vargas Llosa
Morgana Vargas Llosa

Un tiempo más tarde, Morgana acercó posturas con su padre y recuperó el contacto. Compartían salidas a Toledo, Segovia y paseaban por Madrid. Nunca pisó la mansión de Puerta del Hierro ni tuvo ninguna relación con Isabel Preysler, tal y como pactaron para hacer las paces. El peruano recuperó la felicidad con su hija al lado. Cuando ésta estaba en la capital se quedaba en su ático de Madrid junto a Mario.

Los hijos de Mario Vargas Llosa nunca se entendieron con Isabel Preysler, pero a la socialité nunca le interesó, no era trabajo suyo.

La ruptura entre Preysler y Vargas ha sorprendido a todos menos a los hijos del escritor. Estos sabían perfectamente que las cosas no iban bien entre ellos en este último año. El escritor pasaba demasiado tiempo en su casa de Madrid.