El pasado 10 de septiembre, un inesperado encuentro se convertiría en el centro de todas las miradas a nivel mundial. Tras muchas polémicas y desencuentros, el príncipe Harry y Meghan Markle se reunieron con el príncipe William y Kate Middleton a las afueras del castillo de Windsor para recibir las ofrendas florales en honor a la reina Isabel II, quien había fallecido dos días antes. A pesar de que la intención de los príncipes era la de mostrar una imagen de unión familiar, lo cierto es que solo ratificó la gran brecha que existe entre ellos. Ahora, dos meses después de aquel día ha salido la verdad a la luz: Meghan Markle y Kate Middleton realmente se odian y ese día fue una verdadera tortura para ambas.
Recientemente, se ha dado a conocer que la duquesa de Sussex no quería ser partícipe de este homenaje a Isabel II, así que hizo esperar a William y a Kate durante 45 minutos, dado que ella se negaba a aparecer junto a ellos en público. Dejando todos los escándalos atrás, el príncipe William le propuso a su hermano que se reunieran para ayudar a su padre en este difícil momento “y dar una imagen de familia unida en recuerdo de la abuela”. Harry aceptó sin dudarlo, pero Meghan se negó rotundamente. En un principio, la ex actriz estadounidense alegó que no quería aparecer públicamente por motivos de seguridad, dado que ella no está totalmente protegida ante las amenazas que ha recibido por parte de algunos ciudadanos británicos. Además, también aseguró que ellos no deberían ser considerados como la pareja secundaria en este encuentro, dado que Harry es tan nieto de Isabel II como William.
Sin embargo, estas excusas escondían otra realidad: Meghan no quería encontrarse con Kate, la persona a la que ha tildado como la culpable de todos sus males dentro de la Familia Real y la que más ha atacado en todas sus entrevistas. Por este motivo, Harry intentó convencerla mientras los príncipes de Gales esperaban pacientemente dentro de un coche a las afueras de Frogmore Cottage. La gente estaba ansiosa por verlos y habían esperado durante casi una hora, pero Meghan no quería salir.
Meghan Markle asistió al homenaje de la reina para evitar las críticas de los medios
Tras varios intentos fallidos por convencer a Meghan, una persona le indicó que si no se presentaba se filtraría rápidamente la información de que ella no había querido honrar la memoria de Isabel II, algo que terminaría por dañar su imagen frente al pueblo británico. Olvidando un poco el dolor de su marido, quien había perdido a su abuela, Meghan subió al coche y se fue llorando todo el camino al no haberse podido salir con la suya. Kate, totalmente indignada por la actitud de su cuñada, solo la ignoró e hizo todo lo posible por mantenerse alejada de Meghan durante todo el recorrido. Por esa acción, la princesa de Gales fue tildada de “antipática”, aunque muy pocos sabían lo que realmente había sucedido minutos antes de ese encuentro.