Desde que la princesa Charlène de Mónaco decidió suspender sus compromisos reales por motivo de salud, ha sido innumerable la cantidad de especulaciones y drama que se ha formado a su alrededor, debido al hermetismo con el que se ha tratado todos los temas relacionados con la esposa del príncipe Alberto II de Mónaco.
Los tópicos más frecuentes de la prensa monegasca van desde los rumores de desfiguración por una mala praxis médica, hasta una inminente separación de su esposo. Lo cierto es que Charlène no ha podido soportar toda la presión que conlleva ser la esposa de un príncipe, y la madre de los próximos herederos al trono y ha decidido internarse en una clínica de salud mental en Suiza, para aprender a sobrellevar el dolor emocional que la ha embargado el último año.
Además, también se ha especulado que existe una rivalidad entre la princesa Charlène y Carolina, hermana de su esposo, quién se siente molesta por el hecho de tener que cederle el título de primera dama a la sudafricana, y por esa razón se ha dedicado a incomodar a la princesa, hasta el punto de provocar una severa depresión. Esta situación ha agravado la solitaria estancia de Charlène en el palacio, puesto que se siente totalmente incomprendida, mientras cumple un rol que siente que no le pertenece. En cambio, Carolina se ha mostrado sonriente, mientras retoma su papel en el palacio, confirmando que la princesa no es de su agrado haciendo una campaña para desprestigiarla como miembro de la realeza y como madre, puesto que ella es la que se está encargando del cuidado de los hijos del príncipe Alberto, mientras la ex nadadora se encuentra internada.
Otra de las especulaciones con respecto a la desaparición de la princesa ante los medios son las diferencias irreconciliables con su marido, puesto que innumerables fuentes han indicado que el matrimonio se encuentra pasando una terrible crisis, aunque el príncipe lo ha negado de forma rotunda en varias ocasiones. Lo cierto es que la ausencia de la princesa se ha convertido en uno de los dramas de la realeza más relevantes de los últimos años, y es probable que toda la información que se ha filtrado a los medios haya empeorado la situación de Charlène y haya optado por permanecer aislada de todos por tiempo indefinido.
Esta sería la razón por la cual Charlène de Mónaco se internó en Paracelsus Recovery, una prestigiosa clínica de lujo ubicado en los Alpes Suizos, que se encarga de tratar los problemas de salud mental, la depresión, la ansiedad, los trastornos alimenticios y las adicciones. Además, este lujoso centro le ayuda a mejorar sus problemas de salud física producidos por la infección de oídos, nariz y garganta que contrajo durante su viaje a Sudáfrica el pasado mes de mayo.
La clínica donde se encuentra la princesa es uno de los centros de desintoxicación más lujosos del mundo, puesto que solo celebridades, empresarios y miembros de la realeza pueden asistir a él para tratar sus problemas. Sus precios oscilan entre los 95.000 euros semanales o 350.000 euros al mes.