Osel Hita Torres, el quinto hijo de un matrimonio español, fue reconocido como la reencarnación de uno de los mayores maestros del Tíbet, lama Yeshe, en 1986. En aquella época tan solo era un bebé. El niño fue trasladado a la India, donde le separaron de su familia y le internaron en un monasterio budista para dar inicios a la formación. No obstante, solo le pudieron controlar hasta que cumplió la mayoría de edad. A los 18 años ese niño, convertido en todo un adolescente con las hormonas revolucionadas, cambió los estudios y la meditación por el desenfreno ibicenco. Llevaba mucho tiempo siendo un santo y quería descubrir los places que la vida le ha privado y que todas las personas de su edad habían podido experimentar como cualquier adolescente normal. Este jueves 3 de noviembre se estrena esta interesante vida en una serie documental disponible en HBO Max.
Lucas Figueroa, director de este proyecto, descubrió el caso y empezó a investigarlo. Se quedó impactado y le costó mucho sudor conseguir el testimonio del joven. "Fui contactando y entrevistando a su familia, pero Osel era una persona a la que era imposible acceder. Desapareció y nunca dio una entrevista. Pero un día me llamó y me dijo que me había elegido para contar su historia", rememora el director. "Yo vengo de la ficción y esta historia me parecía que tenía muy buenos elementos, ¡pero es que además era todo verdad", incide el cineasta argentino.
La impactante historia de Osel en HBO Max
Esta serie documental está compuesta por cuatro episodios donde Osel será el auténtico protagonista. El testimonio es uno de los más desgarradores de la historia. El joven se sintió venerado como una reliquia viviente, pero a la vez se daba cuenta que crecía aislado del mundo, y eso no lo perdonaría. "Tenía prohibido ver películas, escuchar música o hacer deporte. Solo podía estudiar, y lo hacía hasta 16 horas al día"; "Me sentía huérfano"; "Mi familia era una extraña para mí", relata. El joven terminó reconciliándose con sus padres y sus hermanos, quiénes también aparecen en esta serie.
"Parece una telenovela por la cantidad de tramas que hay, por los hechos extraordinarios que se explican y, sobre todo, por la historia familiar", afirma Figueroa, cuya intención era que de la docuserie no emanara "ningún juicio de valor". "Simplemente contamos los hechos para que cada uno pueda sacar sus propias conclusiones. La idea era tener una perspectiva más amplia de la historia del niño lama que en los años 80 y 90 no fue contada con el suficiente grado de detalle", subraya.
El protagonista relata que descubrió la marihuana a los 14 años en uno de los viajes que hacía a Ibiza para visitar a su familia. En ese momento descubrió todo lo que se estaba perdiendo. A los 18 años decidió por él mismo y abandonó el monasterio para irse con su madre a la famosa isla pitiusa.