Aunque ya han pasado más de 30 años de la muerte del narcotraficante, terrorista y político colombiano, Pablo Emilio Escobar Gaviria, quien amasó su fortuna a través del tráfico de cocaína hacia Estados Unidos (EEUU), aún sigue dando mucho de qué hablar. Para sorprender a su hijo Juan Pablo, quien hace unos años y debido a la persecución a su familia cambió de nombre a Juan Sebastián Marroquín Santos, el fundador del Cártel de Medellín quiso secuestrar a uno de los artistas más grandes de la historia musical, Michael Jackson.
Así lo reveló el propio Juan Sebastián en el documental de HBO, ‘Escobar: La Herencia Maldita’. “Para mí, como adolescente, la Hacienda Nápoles representaba un lugar donde todo podía llegar a ser posible. Incluso con soñar con traer a Michael Jackson para que en diciembre cantara un par de horas para ti”, relató.
¿Cómo iba a ser el secuestro de Michael Jackson?
'Perú 21' explica que, aunque Escobar se negó inicialmente por el precio que representaba contar con la presencia del rey del pop, finalmente, se le ocurrió rápidamente volver de esta invitación un secuestro. “Parecía todo muy normal porque teníamos la pista privada de aterrizaje ahí, la cancha de fútbol muy cerca para que él montara su concierto, y yo veía como fácil la logística para que él llegue y haga su concierto y se regrese a su país, pero a mi padre se le ocurre de manera inmediata, automática, que él lo invitaría a quedarse y que la salida de la hacienda Nápoles le costaría 60 millones de dólares”, relata Marroquín en la serie.
En ese sentido, explicó que esto surge a partir de que él manifestó que estaba cansado de ver a los mismos artistas en la Hacienda Nápoles. “Le digo que por qué no traíamos a alguien de talla internacional y él me acepta. Yo le sugiero a Michael Jackson como posible personaje, porque yo era fanático y a mi padre también le gustaba. Le pareció buena la idea”, declaró Juan Pablo. Afortunadamente, el rapto de Jackson no se concretó debido a que la Hacienda Nápoles fue expropiada ese mismo año por parte del Estado colombiano después de una batalla judicial.