Se cumplen dos años desde que Paloma Cuevas y Enrique Ponce hicieron pública su ruptura. No obstante, el matrimonio ya estaba roto de antes, hacían vidas separadas. En esos meses el torero conoció a Ana Soria, su nuevo amor. Una joven estudiante de derecho. Firmar el divorcio ha sido una tarea muy difícil y es que no se ponían de acuerdo en todos los puntos, especialmente los relacionados con sus hijas.
La hija mayor de Paloma Cuevas y Enrique Ponce se enteró de la relación de su padre mediante las redes sociales, donde éste no paraba de publicar fotografías con ella. Esa era una cláusula del divorcio. La empresaria pidió al torero que no publicase nada en sus redes sociales ni concediese entrevistas.
Paloma Cuevas se ha centrado en sus compromisos profesionales y en sus dos hijas, el motor de su vida, y en su padre, que ahora está muy delicado de salud. Por el momento, aunque se le ha adjudicado algún que otro hombre, la empresaria está soltera y muy feliz. Ahora mismo es una mujer libre. Además, su último proyecto es todo un éxito. Se asoció con Rosa Clará para diseñar una colección cápsula de vestidos de fiesta.
Las hijas de Paloma Cuevas no quieren conocer a Ana Soria
En estos dos años Paloma Cuevas nunca ha hablado ante la prensa de Enrique Ponce. Sin embargo, en esta ocasión, frente a la puerta de la iglesia madrileña de Los Jerónimos, ha manifestado que con Enrique “todo está muy bien”. La relación entre ellos sería amistosa, especialmente por el bien de sus dos hijas, y de esta forma zanjaría todos los rumores.
Las niñas viven con Paloma Cuevas en Madrid, donde tienen su colegio y sus amigos. No van con Enrique Ponce porque las dos pequeñas no quieren conocer a Ana Soria, por lo menos a día de hoy. Además, el torero reside con la abogada en Almería, donde está terminando sus estudios.