David Bustamante es en estos momentos uno de los rostros más mediáticos de la televisión. El cantante está en todos los programas. Sale más que Paula Echevarría, y eso que él no es actor. Parece que a ninguno de los dos les va bien en sus verdaderas profesiones. El artista se convirtió en reportero en TVE, superó todos los retos en ‘El Desafío’ y ahora le vemos todas las semanas en ‘MasterChef’. Programa donde está poniendo todas las ganas e ilusión para alzarse con el título. Una oportunidad para mejorar su imagen que no piensa dejar escapar. El cantante abre su corazón y se sincera con la audiencia.
Está muy feliz en estos momentos, tanto a nivel personal como profesional. No le puede pedir nada más a la vida. Sin embargo, él sabe perfectamente que todo se puede ir al traste en cuestión de segundos. Por eso aprovecha al máximo cada momento y nunca olvida sus raíces. Así de sincero fue en su última entrevista. “Aquí, o curro o se acabó”, ha dicho recientemente en una entrevista a 'El País'.
Pruebo de ello fue el confinamiento, donde se quedó sin conciertos y sin trabajo en televisión. "Los meses del confinamiento fueron terribles. Corría del salón a mi habitación como un loco, fue realmente duro. Aplazar una gira y estar tanto tiempo sin subir al escenario, sin ver a mi gente, al público...".
"Al final uno se vuelve adicto al aplauso sin darse cuenta. Por eso en esta profesión no se quiere jubilar nadie", señala el ex concursante de la primera edición de 'Operación Triunfo'. El cantante quiere dejar claro que le ha costado mucho llegar a donde está ahora. "No me han regalado nada, no tengo un apellido noble ni un sueldo vitalicio ni ayudas de ningún tipo”.
Bustamante, pese a su profesión, sigue considerándose de "clase obrera, igual que toda mi familia". Y habla de su esfuerzo diario: "Meto más horas que nadie, viajo, me esfuerzo, me duele todo el cuerpo porque debo estar en forma para ofrecer buena calidad en mis conciertos... Yo sigo siendo un trabajador nato: un autónomo que lucha, que las ha pasado canutas en la pandemia. Aquí o curro o se acabó”.
Ahora mismo se encuentra muy feliz al lado de la bailarina Yana Olina, no obstante la sombra de Paula Echevarría le ha perseguido durante todos estos años. Hace tiempo que la actriz y el cantante no estaban bien, pero como todos los matrimonios, por miedo al futuro, a hacer daño a sus hijos y a salvar su amor lucharon por arreglar las cosas. Pero no funcionó, solo se hicieron más daño. Ya era un secreto a voces que la entonces pareja no pasaba por un buen momento. La asturiana se llegó a derrumbar en uno de sus eventos.
Paula Echevarría ya hablaba por teléfono con Miguel Torres, su actual pareja y padre de su segundo hijo. Se enviaban mensajes de texto. Con él si era feliz y su conversación por teléfono fue determinante para dar el paso y dejarlo todo por el futbolista.