Ana Obregón ha aprendido a vivir sin Álex Lequio. El joven perdió la vida a causa de un cáncer a los 27 años de edad. Una lucha incansable de algo más de dos años, pero finalmente la enfermedad pudo con su fortaleza. De este doloroso y trágico episodio han pasado ya 19 meses y la presentadora lo tiene siempre muy presente. De hecho, es muy común que todas las semanas veamos una publicación en Instagram con una fotografía de su hijo donde le dedica unas preciosas y sentidas palabras como homenaje.
Las palabras más duras de Ana Obregón que ponen en alerta a familiares y amigos
Tras varios mensajes cargados de positivismo, a tan solo una semana de las fechas navideñas, el corazón se le vuelve a encoger. Con sus últimas palabras en redes sociales ha preocupado a familiares y amigos, y a sus propios seguidores. “Mi vida, hasta que volvamos a encontrarnos que espero que sea muy pronto, voy a seguir fingiendo que estoy viva”.
Ana Obregón vive por su hijo. Al empresario no le gustaría verla triste ni destrozada. A sus 66 años, el recuerdo de su pequeño es lo que la mantiene viva. “Duele infinitamente no escuchar tu voz diciendo lo más bonito que me han llamado en mi vida, es solamente una palabra: “mamá”. Y duele demasiado no poder volver a pronunciar lo más bonito que ha salido de mi boca, es también una sola palabra: “hijo””, ha compartido en su cuenta de Instagram.
Este precioso texto lo ha acompañado de una fotografía junto a su hijo en aquellos momentos en los que madre e hijo eran tan felices. “Porque así como el único amor que no termina nunca es el que siente una madre por su hijo, el único dolor que jamás desaparece es el de una madre cuando tiene que decir adiós a su hijo para siempre”, concluye.
Aunque en los primeros meses lo veía todo muy negro, Ana Obregón se ha refugiado en el trabajo, como bien le recomendaron familiares y amigos. Después de su ausencia televisiva durante la enfermedad de su hijo, la bióloga ha vuelto a los medios. Su primera aparición pública fue en las Campanadas del año pasado marcadas por la pandemia, una labor que repetirá por segundo año consecutivo, también con Anne Igartiburu.
“Aún siendo una madre que ha perdido un hijo quiero mandar un mensaje de esperanza. Sé que por las restricciones muchos pensáis que es duro dejar una silla vacía y lo es. Pero es mucho más duro para los miles de españoles que desgraciadamente dejaremos esa silla vacía para siempre”. Ana donó su caché, como también hará este año, a la investigación contra el cáncer para “intentar transformar el dolor y sufrimiento en amor para que, de alguna manera, pueda agradecer a toda España su cariño”.
Ana Obregón preside la Fundación Aless Lequio, el legado de su hijo. A través de ésta recauda dinero que se destina a la investigación de esta enfermedad.