Kiko Rivera habló abiertamente de sus problemas con las drogas. “Empecé a consumir con 17 o 18 años y he llegado a consumir hasta cuatro y cinco gramos al día”, daba a conocer el artista. “Mi madre se enteró hace tres o cuatro años”, recordaba él, “cuando mi mujer ya no puede más y la llama”. El DJ aseguró que se había gastado tranquilamente en el consumo de estupefacientes unos ocho millones de euros a lo largo de toda su vida. “Yo he hecho lo que cualquier chaval, con la diferencia de que tenía una cámara encima”, contaba. Cuando cumplió la mayoría de edad, a Kiko Rivera le ofrecían dinero de forma muy sencilla y rápida, 2.000 euros por su primera aparición en una discoteca. Rápidamente, ese sueldo aumentó a los 25.000 euros por cuatro fotos.
Jesús Calleja, una de las últimas personas que le entrevistó, se interesó por saber como se gasta uno 100.000 euros en un fin de semana. “Mucha fiesta, estupefacientes a saco. Iba con 25 amigos o 30. Llegaba un fin de semana y les decía: ‘¿Adónde queréis ir?’ Todo putas, fiesta, todo. Es algo de mi pasado que yo cuento con normalidad”, relataba. “Decíamos: ‘Vámonos para Londres’, y pagaba los aviones, los hoteles, las cenas, las fiestas y me podía gastar 60.000 euros [...] Cuando el dinero te llega fácil, te lo gastas fácil. Puede que haya gente que se lo haya pasado bien en este país, pero nadie mejor que yo”.
El hijo de Camilo Sexto no aprende la lección
Y no es el único con problemas similares. El hijo de Camilo Sexto también tiene un importante problema con las adicciones, algo que su madre intenta tapar. En su última hospitalización, donde permaneció un mes en la UCI en estado muy grave, ella mintió diciendo que se había caído de la bici, se dio un fuerte golpe y se quedó inconsciente durante horas en el suelo con el frío y la lluvia.
En más de una ocasión hemos visto a Camilín llegar bastante perjudicado a casa y publicando material en redes sociales incoherente. Por este motivo, el joven quiere borrar a esos testigos. Aunque su madre es quien ahora mismo atesora toda su fortuna y decide por él, el artista no quiere vivir bajo el mismo techo que ella. De esta forma, no le puede controlar. Ya se deshizo de la mujer mexicana que su progenitora trajo desde el país azteca para que le cuidara y realizara las tareas del hogar.
Con este último problema de salud, Camilín ha prometido cambiar, sin embargo lo que dice a lo que hace es bien distinto. El joven está rodeado de muy malas compañías, esos que se llevan amigos y tan solo están a su lado por el interés. Como Kiko Rivera, Camilín les invita a fiestas y les paga todo. Su madre está desesperada y la novia del joven también, ya no saben que hacer para enderezar su vida. Estar a punto de morir no le ha servido de nada.