Raquel del Rosario preocupó a todos sus seguidores al explicar lo que le había sucedido este verano a su hijo mientras jugaba tranquilamente. La cantante vivió este verano uno de los peores episodios de su vida. Vio como de un momento a otro un puma salía de la nada, y se abalanzaba sobre su hijo Mael, de cinco años. Este suceso podría haberle costado la vida al pequeño. Por suerte, la artista estuvo rápida y salió rápidamente al jardín de su casa donde se encontraba su hijo. Logró golpear al animal con sus puños hasta quitárselo de encima.
La vocalista de 'El sueño de morfeo' compartió este suceso unas semanas después del susto, cuando su pequeño ya estaba recuperado. En las imágenes que compartió, se pudo ver las heridas que le ocasionó el puma con sus zarpas. Podemos ver la espalda de Mael repleta de arañazos. “Mi corazón se rompió por completo cuando le vi salir de la cirugía. Toda la fuerza que aquella mañana me había invadido se esfumó dejándome completamente indefensa ante un dolor que desconocía por completo. Me invadió el miedo”, ha confesado la vocalista canaria. Tardó en explicarlo porque se sentía atemorizada.
Raquel del Rosario es una amante de los animales y lo demostró con una fotografía de su hijo junto a su inseparable peludo. Por este motivo, le dolió que finalmente las autoridades decidiesen sacrificar al animal. El hermano de éste y su madre se acercaron al cuerpo sin vida del pequeño puma. La madre cruzó la mirada con Raquel del Rosario. “Desde la ventana observé cómo el otro puma, que resultó ser su hermano, regresaba al jardín acompañado de su madre. Ella se posicionó junto al cuerpo sin vida de su hijo e intercambiamos una mirada de dolor que jamás olvidaré. No se pueden imaginar los sueños que he tenido con ella”, narra.
Medio año después, Raquel del Rosario ha vuelto a compartir varias fotografías de su hijo para enseñar como están ahora mismo sus heridas. Vemos marcas en la barbilla y la mejilla. También le han quedado marcas en la espalda. “Mi corazón se rompió por completo cuando le vi salir de la cirugía. Toda la fuerza que aquella mañana me había invadido se esfumó dejándome completamente indefensa ante un dolor que desconocía por completo. Me invadió el miedo”, recordaba Del Rosario.
“Si alguien me hubiese dicho en ese momento viendo su estado, que tres días después saldría corriendo del hospital jamás lo hubiese creído. ‘Mami, ya no voy a volver a por la fruta para que no se enfade el tigre’, me dijo después de dejarle un recipiente con agua en la puerta a modo de disculpa. Sin palabras”, añadió.