Lolita Flores fue la última invitada de Jesús Calleja en ‘Planeta Calleja’. La artista se lanzó a la aventura recorriendo la isla de Madeira. Pero no estuvo sola, a este viaje tan especial le acompañó su hijo, Guillermo Furiase. Si pensábamos que ya conocíamos todo de Lolita con sus anécdotas en ‘Tu cara me suena’, estábamos muy equivocados. Una de las preguntas más sorprendentes del presentador y aventurero era sobre su relación con las drogas.
"Con las referencias que hubo y el pasado de tu tío, ¿tendrás cuidado o no?", le dijo a Furiase, con un tono muy serio y dejando claro lo perjudicial del asunto. "Sí, claro. Vas creciendo y no quieres eso para ti", afirmó tras la pregunta de Calleja. No obstante, este siguió queriendo profundizar en el tema: "Dime la verdad, mirándome a los ojos. ¿Has probado esas sustancias?", insistía el leonés.

Aunque esquivó esta cuestión, el presentador quiso saber si alguna vez había consumido cocaína. "Sí, eso lo hemos probado todos. Y porros también. Lo probó mi madre, que ya está muerta hace 26 años, no lo vamos a probar nosotros...", aseguró Lolita.
Jesús Calleja se quedó muy preocupado con el asunto y quiso saber si eso ya es una anécdota perteneciente al pasado. "La cocaína la pruebas porque vas a una fiesta y te invitan", de manera que Furiase dejaba claro que fue algo puntual. "Hombre, por supuesto, ¿pero qué te crees que somos?", respondía Lolita entre risas. El aventurero no daba crédito a lo que estaba escuchando y concluyó el tema. "Me habéis dejado perplejo como familia", concluyó.

Hay algo que Lolita Flores reprocha a su madre
Lolita Flores habló de muchos otros temas, como por ejemplo de su madre. "Como madre fue la hostia. Ella decía que venía de otro planeta y a mí no me extraña", afirmó con orgullo Lolita. Sin embargo, debido a la enorme fama de la artista, Lolita no pudo disfrutar de su madre tanto como hubiese gustado. "A veces no estaba porque se había ido de compras, había fiesta en mi casa o estaba ya en su cama leyendo a Lorca", reveló Lolita Flores al presentador de Cuatro. A su madre no le quedaba más remedio que irse para atender sus compromisos profesionales. Había temporadas que se pasaba tres meses sin ver a sus hijos y se le partía el alma cuando se iba. Se escondía en unas gafas de sol y se secaba los mocos mientras se despedía de sus tres hijos.