Adriana Abenia incendió las redes sociales el pasado fin de semana tras una publicación donde criticaba una publicidad de bañadores de la marca Roxy protagonizada por mujeres diferentes. “Me gustaría saber vuestra opinión. Hoy buscaba un bañador con protección solar. Soy la primera que defiende la diversidad de cuerpos en la mujer, una mujer puede ser preciosa y verse bonita tenga una S o una XL. Pero, sinceramente, defender y hacer apología de enfermedades como la obesidad me parece peligroso. Esta imagen pertenece a la firma @roxy. Estar obeso no es sano y no debería ser objeto de una campaña publicitaria, al igual que estar en los huesos. Seamos honestos, la obesidad acarrea problemas como diabetes, accidentes cerebrovasculares, cáncer, hipertensión… Por supuesto que las personas que sufren esta enfermedad tienen derecho a vestirse, pero no sirva como ejemplo estético para otras mujeres, da lugar a equívocos”.
Ella misma reconoció que sus palabras no fueron del todo acertadas. Generó un debate, pero se le volvió en su contra. Tanto que incluso hubo usuarios que llegaron a insultar y a amenazarla de muerte. Tania Llasera entró en el debate, ya que no estaba de acuerdo con las palabras de su compañera. La presentadora, un rostro típico de Mediaset, de hecho todavía está su fotografía en el paseo de la fama del grupo de comunicación, recordó la época en la que gozaba de un cuerpo ‘normativo’. "Cuando era maciza, me cortaban la falda a ras del coño”.
Tania Llasera recibió insultos por su sobrepeso
"Yo he estado muy buena y he ido muy cortita en horarios muy golfos. ¿Pero cómo puede osar una tía buena, engordar y decidir no ponerse a dieta? Me costó entender esto, en el 2014 no entraba en la cabeza de la gente", ha contado Llasera. "Tengo muchos bajones, pero es normal, la salud mental no es una línea recta, la vida no es una línea recta. Yo tengo muchos años de terapia y cuando comienzo a tener pensamientos de centrifugado, llamo a la psicóloga”.
Tania ha contado que su cambio físico comenzó con su preparación para ser madre: "Dejé el tabaco, que es un hábito horrible, engordé unos saludables kilos, no conseguí quedarme embarazada y me dio por comer y la nevera fue la manera de aplacar la ansiedad. Cuando por fin me quedé embarazada engordé mucho". Y ha confesado: "Con cada kilo me convertía en un poco más invisible en mi mundo y comer era también una forma de enfrentarme a mis haters desde la chulería. Y claro, engordaba. Hasta que rocé la obesidad y el médico me dijo que había que atajar el problema". Y añade: "Me han llegado a decir 'obesa de mierda', 'córtate las venas que estarás mejor', 'ballena'...".