Sofía se desvincula cada vez más de Juan Carlos I. Hizo acto de presencia en el almuerzo de despedida al emérito cuando pisó España, pero nada más, ni tan siquiera se pusieron el uno frente al otro. Tampoco entraron juntos ni se miraron cuando acudieron al funeral de la reina Isabel II. La relación está totalmente rota, ni tan siquiera la cordialidad. Desde hace años no son un matrimonio, aunque no se hayan divorciado porque estaba mal visto. Sofía no ha estado enamorada de Juan Carlos, él tampoco de ella. En los últimos años dormían en habitaciones separados y hacía cada uno su vida, solo se reunían en los actos institucionales. Cuando dejaron sus funciones de reyes a Felipe VI y Letizia se desvincularon por completo.
La reina Sofía intentó enamorarse de Juan Carlos I, quererle, al fin y al cabo es el padre de sus tres hijos y la persona con la que ha convivido todos estos años, pero el emérito no ponía de su parte. Su fama de mujeriego perjudicó su matrimonio. Corinna Larsen fue su gran perdición. Ahora, la empresaria está hablando largo y tendido de la relación que mantuvo con el monarca en un podcast semanal. Esta semana, en los nuevos audios, ha contado con la presencia de José Manuel Villarejo.
El ex comisario ha colaborado en la producción para relatar, como testigo, cómo la actividad sexual del emérito se convirtió en un problema de Estado que el CNI trató de solucionar con una castración química a espaldas del interesado. La reina Sofía dio su autorización. Ella era conocedora de todos los engaños.
Villarejo colabora en el podcast de Corinna Larsen y cuenta el secreto
"A Juan Carlos intentaron castrarlo artificialmente para que dejara de tener relaciones con la señora Larsen. Una cosa gravísima", cuenta Villarejo. "Consideraron que era una cuestión de Estado fastidiarle su lívido, había que parar ese ardor guerrero, por así decirlo", ha desvelado. Lo llamaron la operación Farinelli, haciendo referencia a uno de los castrati italianos más famosos. La práctica consistía en inyectarle al padre de Felipe VI hormonas femeninas por la espalda. "Lo grave de esto es que Sanz Roldán (ex director general del CNI) convenció a la reina Sofía para que firmara el consentimiento", asegura el ex comisario.
Villarejo desvela su relación con la empresaria. "El interés que ellos (Sanz Roldán) tenían era que me ganara la confianza de Corinna para recuperar una documentación muy comprometida que tenía esta señora", ha explicado. "Yo me comprometí a sonsacarle información, a ganarme su confianza para que me dijera dónde tenía la famosa documentación; pero ella, con la habilidad adecuada y con la ayuda de sus abogados, me dijo que no sabía dónde estaba. Sanz Roldán entendió que yo, por primera vez, no cumplía mis objetivos. Hasta entonces había sido eficaz, pero ahora parecía que poco más o menos que me había cambiado de bando". Se sospechó de Villarejo, el director del CNI creyó que actuaba como un agente doble, servía al servicio de inteligencia pero también a la empresaria.