Tamara Falcó se encuentra en el mejor momento de su vida, tanto profesional como personal. La semana pasada, celebró sus 40 años rodeada de todos sus familiares y amigos, más de 180 invitados. Como si fuese una boda, pero de momento Iñigo Onieva no le pedirá matrimonio. Aunque Jorge Javier Vázquez cree que no durarán, ellos continúan con su amor. La hija de Isabel Preysler no para de sumar proyectos, uno tras otro. Desde que ganó ‘MasterChef Celebrity 4’, su vida ha cambiado por completo.
Ya convertida en la nueva marquesa de Griñón tras el fallecimiento de su padre, Tamara Falcó ha sido una de las invitadas del nuevo monográfico que TVE ha realizado a Carlos Falcó como homenaje. Isabel Preysler también ha formado parte de este especial. Ambas han abierto la puerta de su casa.
“Ha sido maravilloso tenerlo como padre”, recordaba Tamara Falcó. “Si tuviera hijos me gustaría decirle lo señor que era, lo maravilloso que era. Me gustaría enseñarles ese amor por el campo que me transmitía a mí y que uno de ellos heredaría el título de su abuelo”, ha confesado. Aunque ahora mismo no piensa en casarse, si algún día sucede, la joven echará mucho de menos a su padre en ese día tan importante. "Me produce tristeza que si me caso mi padre no va a estar allí para llevarme al altar”.
"Me han dicho que mi personalidad es parecida a la de mi padre extrovertida y cariñosa”, ha revelado la chef. “Qué suerte haber tenido un padre tan bueno porque ha sido muy especial, muy cariñoso. Eso en sí es un regalo que me ha dado Dios y que me ha dado él y me siento súper privilegiada”.
Aunque ha pasado más de un año del fallecimiento de Carlos Falcó, en plena pandemia, Tamara Falcó no ha superado su muerte. La chef compartió el relato más duro. Desveló los últimos mensajes de su padre antes de no volverle a ver nunca más.
“Mi padre nunca se encontraba mal. Pero los últimos días se notaba que tenía fiebre. El sábado le dicen que tiene neumonía. Mi hermano Manolo le gestionó una ambulancia y le llevaron a un hospital. Ahí es cuando él se asusta. Él desde el hospital manda un mensaje: No hay nada como la salud pública. Me han dado unos sandwiches estupendos, tengo un parque enfrente” decía. “Todo para que no nos preocupáramos lo más mínimo y pensáramos que estaba en el Ritz. Pero cada vez que íbamos hablando con él iba perdiendo la respiración”.
“Fue todo muy rápido. Lo que no sabía es que entró un miércoles y ya lo habían intubado lo habían sedado y que ya no iba a responder a esa situación. Es una situación bastante angustiosa», continuaba. «Cuando me dan la noticia, mi hermana Ana se puso a llorar conmigo. Ella también había perdido a su padre. Son momentos muy complicados”. A Falcó le hubiese gustado organizar un funeral a la altura para que todo el mundo que le conocía se pudiese despedir de él, pero con la situación era imposible. Solo estuvieron presentes tres personas. “No se puede hacer un funeral como tal. Hicimos un pequeño responso. Ni siquiera fue una misa. Hicimos una pequeña oración”.
“Estaban todos los hermanos. Había una foto suya, su bastón porque caminaba con un bastón… Fue un momento muy emotivo que nos ayudó a valorar que esto había pasado, a asumir el final de alguna forma”, ha dicho, emocionada. “Le siento y le sentí muchísimo en aquellos días. Todo eso la verdad para mí es un tesoro”. Es entonces cuando ha querido compartir la carta que le escribió Carlos Falcó antes de fallecer. “Me escribió una carta preciosa diciéndome lo orgulloso que estaba de mí. Mi padre estaba súper contento por mí”.