La familia Prat ha mantenido todo el asunto que rodea a Federico Prat en absoluto secreto, sin embargo, el propio protagonista de esta historia rompió su silencio en una entrevista para televisión. El joven reveló su dura situación económica. Actualmente vive de la ayuda de los vecinos de la zona. Usa el dinero para comer, no para drogas ni alcohol. Un día después su hermano Joaquín Prat, con la aprobación de su familia, emitió un comunicado en sus redes sociales donde aclaraba la verdadera situación de Federico.
La madre de Federico Prat está desesperada
El hermano del periodista es “adicto”. Consume drogas y por eso no tiene dinero. La familia ha intentado ayudarle durante muchos años, pero ha sido imposible. Creen que ya no se va a curar. Es su madre quien se sacrifica por él, pero está al límite. "Estamos desesperados. Hemos intentado ayudarle de todas las formas posibles. Le pago el alquiler mensual de su piso, me he gastado entre tres mil y cinco mil euros en distintas clínicas de desintoxicación, me llama varias veces al día, pidiendo más dinero...", explica Marianne Sandberg a la revista Semana.
Según la madre de Federico Prat, su hijo mintió en la entrevista. Ni busca trabajo ni quiere ese dinero para pagar el alquiler, ya que es ella quien se lo ha pagado durante todos estos años. Es para drogas. "En esa entrevista ha dicho muchas mentiras, falsedades que me han hecho muchísimo daño".
En este sentido, Marianne añade: "No es verdad que le hayamos dejado de lado y, si pide limosna, es porque a los dos días de cobrar una pensión que tiene de 600 euros, ya se la ha gastado en drogas. Es desesperante. Te puedes imaginar, como madre que soy, lo que es vivir una situación tan dura". El propio Joaquín Prat ya mostró su apoyo a su madre en su comunicado.
Joaquín Prat ha dado más detalles sobre la situación de su familia. "Son muchos años de sufrimiento. Es nuestra madre la que le paga el alquiler del piso y tiene una pensión del Estado que se le va rápidamente porque se la gasta en drogas. A principios de mes ya no le queda nada”.
Alejandra también está volcada en su madre: "Ella ha vivido un infierno. Federico no se quiere curar y contra eso no se puede luchar. Le hemos intentado ayudar en todo lo posible, pero no ha servido de nada. Después de casi acabar con mi madre, decidió irse de su casa a vivir en La Línea, y si no encuentra trabajo es porque no le quieren en ningún sitio".