Los conciertos no siempre pueden garantizar la total seguridad. Las acumulaciones de gente son muy peligrosas, sobretodo, en épocas de pandemia, y son incontables los escándalos y accidentes que se han producido a lo largo de los últimos años. Obviamente, el más grave y reciente es el fatídico show de Travis Scott en AstroWorld, que acabó en tragedia, después de que fallecieran cerca de una decena de personas. Hace un tiempo, Ariana Grande también vivió un día para el olvido, debido a un atentado en uno de sus conciertos.
Por suerte, Taylor Swift no ha tenido que experimentar algo tan grave. Y eso que ha cantado en numerosos países, ciudades y salas, llenando todos los sitios a los que acude. Pero eso no quiere decir que la cantante se haya librado de algún que otro contratiempo, que le ha hecho ser protagonista. Aunque, para la intérprete de ‘Blank Space’, no hay dudas cuando es cuestionada sobre el momento más embarazoso que ha vivido.
Así se sinceró en la popular revista ‘Rolling Stone’, en la que explicó más detalladamente lo que ocurrió en Pittsburg, Estados Unidos. Allí tenía un concierto, hace ya casi una década, en el momento de su pleno esplendor, cuando estaba más activa. Y, sin querer, se golpeó su boca con el micrófono, algo que puede ocurrir, y que, de hecho, ocurre de manera frecuente. Pero lo hizo con tanta violencia que perdió… ¡una parte del diente!
Mientras cantaba la canción ‘I Knew you were a Trouble’, tuvo ese infortunio, aunque, como una verdadera profesional, siguió cantando, y trató de disimular. Por muy asustada que estuviera, y preocupada, como es lógico, intentó mantener la compostura, para no decepcionar a los miles de fans que se habían congregado para verla en directo. “Parte del diente cayó sobre el escenario y yo estaba como, ‘Oh, me pregunto cuán grave fue, qué diente es y cuán malo que es’. Trataré de ser más calmada esta noche. No voy a hacer nada al respecto, de todas formas, se ve sólo una pequeña irregularidad” fueron las palabras de Taylor.
Por fortuna, un fanático de Swift estaba grabando un video en el momento de los hechos, y pudo captar el momento que se narra. La publicación, subida a YouTube en el año 2013, solo acumula unas cuantas miles de visitas, gracias a que el suceso no tuvo mayor repercusión. Y es a partir del minuto 2:20 en el que se supone que todo ocurre.