Malos momentos para María Teresa Campos con el regreso de Bigote Arrocet a los medios de comunicación. La veterana comunicadora está viviendo los peores años de su vida. Se ha dado cuenta con un golpe de realidad que ya no interesa en televisión. Nadie la llama y todas sus apariciones son un fracaso en audiencias. Su nuevo programa, La Campos móvil, quedó cancelado con solo una emisión. Su última entrevista en ‘El Hormiguero’ fue la menos vista de la temporada y no porque hubiese competencia, al contrario.
María Teresa Campos acepta que debe retirarse de los medios. Mejor así a acabar dañando aún más su imagen. La comunicadora se encierra en su casa y sale en pocas ocasiones. Solo para ir a casa de alguna de sus hijas o a sus revisiones médicas. Este último año ha sido difícil para la madre de Terelu, quién no ha salido de su casa por la pandemia. Su chófer ha sido su mayor apoyo.
La prensa la ha vuelto a seguir estos días tras la última exclusiva de Bigote Arrocet, donde confiesa que en los años de relación con María Teresa Campos le tuvo que prestar 50.000 euros porque no tenía dinero para pagar.
María Teresa Campos, destrozada
Una fuente muy cercana a la veterana periodista revela a EGOS que “ha perdido la ilusión por recuperar su estatus profesional, porque esa llamada que esperaba de Mediaset para volver a la televisión no se ha producido. Los desencuentros familiares entre sus hijas y su nieta, las declaraciones de Edmundo Arrocet, revelando episodios tan íntimos como el del préstamo de los cincuenta mil euros, le han sumido en un estado de infinita tristeza. Ni tan siquiera tiene ganas de teñirse las canas, ha envejecido más en los últimos meses que en los últimos años. Por lo menos, en cuestión de imagen”.
Terelu Campos y Carmen Borrego se derrumbaron en televisión y confesaron que María Teresa Campos lo está pasando realmente mal. Pide que la dejen en paz, pero realmente son ellas las primeras en discutir para generar interés.
La última imagen de María Teresa Campos a sus casi 81 años nos ha preocupado a todos y es que se la ve mucho más envejecida y dejada. La Campos se muestra rendida y agotada, ya no es feliz. Su cuerpo le ha dicho basta.
"A mí lo único que me preocupa es su sufrimiento, el mío me trae sin cuidado", expresaba una dolida Terelu. "Ojalá tuviera armas porque las emplearía. Ya la estáis viendo... ¿Qué más os puedo decir?". Alejandra Rubio, sentada en plató al lado de su madre, tomaba la palabra: "Mi abuela tiene 80 años. La habéis visto, ¿no? Un poco de respeto. La pobre no abre la boca".