Los periodistas volvieron a increpar a María Teresa Campos cuando Bigote Arrocet concedió una entrevista en exclusiva, donde desvelaba que prestó 50.000 euros a la comunicadora, para poder pagar sus deudas. La malagueña, muy dolida, no quiso responder más, solo dijo que se le devolvería lo que pidiese aunque fuese mentira. Y dijo que ella no iba a hablar, pero si Gustavo hablase, su chófer, cambiarían muchas cosas.
Dicho y hecho. Una semana más tarde, Gustavo, su fiel compañero, concedió su primera entrevista en exclusiva. En todos estos años que ha estado acompañando a María Teresa Campos, nunca ha hablado para los medios. Siempre se ha mantenido con la boca cerrada. La mayor parte de la entrevista se centra en la relación que mantuvieron durante seis años María Teresa Campos y Edmundo Arrocet. Éste ha querido explicar cómo era realmente el humorista.
Carmen Borrego era conocedora de esta entrevista, sin embargo Terelu fue la última en enterarse, cuando ya estaba hecha y se había publicado. Este es el principal motivo por el que la concursante de ‘MasterChef Celebrity’ está muy enfadada. Tanto con Gustavo, como con su madre, por no contarle las intenciones de su persona de confianza, así como con su hermana Carmen, quién fue informada por Gustavo, pero no le comunicó nada a su hermana.
Todo este plan ha sido orquestado por María Teresa Campos. Ella es la que ha animado a Gustavo y quién le ha dado permiso para conceder esa entrevista, que ya pactaron previamente la malagueña con su 'casi' hijo.
Terelu Campos ya no puede más. Está harta de ver como su madre siempre se pone en el foco mediático, ya sea por una cosa o por otra. Quiere que descanse y no se meta en más problemas. A ella no le conviene a su edad ningún enfrentamiento. Esta entrevista solo hará que se reabran las heridas y dará pie a que Bigote Arrocet pueda conceder una entrevista en el ‘Deluxe’, que ya está más que hablada y pueda contraatacar en otra revista.
Parece que a María Teresa Campos le interesa seguir en el candelero, incluso que le vuelvan a llamar para una entrevista, pero ella ya no puede estar así. Terelu Campos ve como su madre ha sido una comunicadora muy admirada en los años 90 y como ahora está echando todo a perder por no saber parar a tiempo. Pero lo peor de todo es que se siente traicionada porque nunca cuentan con ella para nada. No le consultan las decisiones. Se siente totalmente apartada del clan. Hasta se confía más en el chófer que en ella.