La reina Isabel II de Reino Unido siempre ha sido muy protectora con su familia, sin embargo, ha dejado muy claro que se va a responsabilizar de las acciones del que por muchos años fue considerado como “El hijo favorito de la reina”, el duque de York.
Desde hace algunos años, la vida del príncipe Andrés ha estado rodeada de mucha polémica debido a su amistad con Jeffrey Epstein, un empresario que fue acusado en innumerables ocasiones por trata de menores, y que se suicidó en su celda en una cárcel de máxima seguridad en Nueva York en 2019. Esta amistad, aparentemente, lo llevó a cometer ciertos delitos, ya que una mujer llamada Virginia Giuffre ha presentado pruebas y lo ha demandado por haber abusado de ella cuando tenía 17 años, y se encontraba bajo la red de Epstein y su pareja Ghislane Maxwell.
Debido a todos los procesos judiciales por los cuales está atravesando el príncipe Andrés, él ha decidido vender una de sus lujosas propiedades para poder pagar los honorarios de los abogados que están llevando su caso, puesto que la reina Isabel se ha negado por completo a darle el dinero para defenderse de sus supuestos delitos. Por esa razón, el duque de York ha optado por vender “Helora”, su mansión en Suiza valorada en 19.8 millones de euros.
Esta propiedad la adquirió en el 2014 junto a su ex esposa Sarah Ferguson. La mansión tiene 300 metros cuadrados y cuenta con siete dormitorios, una piscina cubierta, un solárium con sauna y una bodega de vinos. Esta propiedad está ubicada en uno de los lugares más exclusivos de los Alpes Suizos, en un lujoso resort en Verbier, una imponente estación para esquiar que está rodeada de las montañas del cantón de Valais. Este resort se ha convertido en el “Nuevo Aspen” en Suiza debido a su exclusividad, puesto que uno de los vecinos del príncipe es el magnate británico Richard Branson.
El príncipe tiene contemplado utilizar el dinero de la venta de la propiedad para pagarle a los abogados y llegar a un acuerdo con la mujer que lo ha demandado, ya que no obtendrá ni un euro por parte de la corona británica.
A pesar de que por algún tiempo el caso se mantuvo enfocado en las figuras de Epstein y Maxwell, lo cierto es que hace unos días la atención se volcó nuevamente hacia el príncipe Andrés, dado que salió a la luz que, en 2009, el empresario estadounidense le pagó medio millón de dólares a Virginia Giuffre para que no comentara nada acerca de su encuentro con el duque de York, evitando así el escándalo y las demandas. Con esta nueva acusación, el juez Lewis Kaplan de Nueva York está considerando la posibilidad de que el príncipe Andrés se enfrente a un juicio por la demanda de Giuffre. En caso de que el duque pierda el juicio, podría enfrentarse a tener que pagar 3,59 millones de euros a Virginia Giuffre como compensación en un acuerdo económico.