Lina Morgan es historia de nuestro país. Una de las artistas más queridas. Ha hecho reír sobre los escenarios y en televisión a millones de personas. Siempre ha sido una persona muy discreta, de hecho llegó a ocultar su verdadero nombre, Angelines López Segovia, devorada por su personaje. Para ella el público siempre ha sido lo más importante, todavía recordamos su “gracias por venir”, y así se despidió. Lina Morgan pasó los últimos días de su vida completamente sola. No quería que nadie viese como envejecía.

Era una persona muy hermética. Sus relaciones se podían contar con la palma de una mano. Por este motivo, no es nada extraño que fuese tan recelosa con su vida privada y sentimental. Lina Morgan no tenía hijos, así que decidió dejarle todo el dinero a su chófer y mano derecha, Daniel Pontes. Sin embargo, éste se llevó menos de lo que la actriz atesoraba, ya que al no ser heredero directo tuvo que pagar a Hacienda hasta un 70%. Solo se quedó con su piso situado en Niño Jesús, de 290 metros cuadrados, y algo menos de 2 millones de euros. “Me quedó el piso (de 290 metros cuadrados situado en el barrio del Niño Jesús), no dejó más de dos millones de euros”, explicó, añadiendo que parte del dinero lo había gastado en los últimos años en sufragar los cuidados por su enfermedad.

La vedette pasó una infancia muy dura. Vivían prácticamente en el umbral de la pobreza y llegó a cobrar 190.000 euros por cada capítulo de Hostal Royal Manzanares. Su madre cuidaba de sus cinco hijos, mientras que su padre trabajaba en una sastrería de la calle Toledo. Todos los hermanos iban a un colegio público, donde tenían que llevar una silla de casa para poder sentarse. Lina y sus hermanos recogían cartones y botellas de vidrio después del colegio para vender y conseguir algo de dinero que después daban a sus padres.

Lina Morgan RTVE

Lina Morgan / RTVE 

Desde los 11 años Lina Morgan tenía claro que quería ser artista. Se inscribió en la academia de baile clásico de Karen Taft . A los 13 ingresó en la compañía infantil Los chavalillos de España, con la que hizo una gira. Su padre le apoyó en este sueño y no andaba mal equivocado. Con 16 años Lina debutó en La Latina como bailarina de reparto en la compañía de Matías Colsada, propietario del teatro. Su contrato incluía merienda de chocolate con bollos. En 1953 cobraba en La Latina 30 duros.

Lina Morgan soñaba con alzarse con el teatro La Latina. 25 años después lo alquiló y en 1983 lo compró por 127 millones de pesetas. La artista consiguió la fama en 1964 compartiendo cartel con Juanito Navarro. El público quería a su personaje. Una mujer inocente y algo estrambótica. Su movimiento de piernas siempre será inolvidable.

Lina Morgan RTVE

Lina Morgan / RTVE 

Lina Morgan ocultó siempre su vida personal 

Y su vida personal pudo ser su talón de Aquiles. Lina Morgan nunca llegó a tener una relación seria y duradera o por lo menos siempre la ocultó. “Idealizó mucho a su padre y a su hermano José Luis, comparaba todos los hombres con ellos, buscaba una pareja que fuera como los dos, y las comparaciones nunca son buenas”, señala García Orts acerca de su intimidad. Se llegó a decir que podría ser homosexual o bisexual.

Solo se le conoce un novio de su adolescencia, el actor Manolo Zarzo. Según se dice, entre ellos figuraban el apoderado taurino José Antonio Martínez Uranga, el productor Julián Esteban que la contrató para siete películas, también hubo un jugador de fútbol, un empresario, el hijo de un tenor... Sin embargo, si estas personas llegaron a existir, nunca se filtraron fotografías a la prensa.