‘La que se avecina’ es una de las ficciones más exitosas de los últimos tiempos. Aunque el consumo televisivo ha descendido considerablemente, la comedia sigue anotando buenos datos, especialmente en sus reposiciones, donde siempre es líder. La alocada comunidad de vecinos nos acompaña desde 2007. Sus inicios no fueron realmente buenos por la comparación con su antecesora, Aquí no hay quien viva’, pero pronto logró desvincularse y marcar espectaculares datos.
En la primera parte contamos con Mariví Bilbao, Gemma Cuervo y Emma Penella, que encarnaron a las personas mayores del edificio, pero tras el fallecimiento de dos de ellas y la avanzada edad de la madre de Cayetana Guillén Cuervo, hicieron que los creadores de la serie buscasen una nueva actriz para encargar ese papel.
No llegó hasta la octava temporada. Fina, el personaje encarnado por Petra Martínez, llegó a Mirador de Montepinar para ponerlo todo patas arriba. A sus 77 años, la intérprete está nominada a los Goya como mejor actriz protagonista gracias a su papel en La vida era eso. El papel que trastocó su vida por completo fue el de ‘La que se avecina’. Hasta entonces en televisión había sido una eterna episódica. El personaje le abrió muchas puertas, pero también le dio muchos quebraderos de cabeza.
Petra Martínez contó que por su papel en ‘La que se avecina’ varios amigos dejaron de hablarle. "Tengo dos amigos que no me hablan por trabajar en La que se avecina. Me dijeron: “¿No te da vergüenza?””, explicaba. "Les respondí que no y me contestaron: “Pues debería dártela!”, yo tampoco les hablo a ellos, claro", contaba en una entrevista. Ella está encantada con su papel en la serie, aunque haya gente que no lo vea con tan buenos ojos. “Hago lo que quiero, soy mala sin necesidad de ser mala, ser mala porque sí no me había pasado nunca", bromea.
Petra Martínez estuvo a punto de abandonar la serie por la mala acogida del público
"Cuando leí el primer texto, la primera secuencia, había muchos tacos y empecé a ensayar en mi casa", contaba en Viva la vida. Según relató, los gritos fueron escuchados por su vecina que se preocupó por si le estaba pasando algo.
En la primera temporada que apareció, Petra Martínez no fue muy querida por el público. Por la calle le decían que no le gustaba nada el personaje. Decía muchas palabrotas y era una “asquerosa”. Estuvo a punto de abandonar la ficción.
"Me afectó tanto que le dije a Alberto que me iba, me van a matar un día por la calle", llegó a temer. El director le convenció para seguir y, con el tiempo, Doña Fina se ganó el cariño de la gente. "Los piropos que ahora me echan son estupendos, la gente me pide fotos y besos", explicaba.