José Rubianes Alegret, Pepe para todos aquellos que lo quisieron en vida y después de su muerte, será para siempre el actor"galaico-catalán: galaico porqué nací en Galicia aunque casi nunca he vivido allí y catalán porqué siempre he vivido en Catalunya, aunque nunca he nacido aquí". Irreverente, deslenguado, bon vivant, brillante, provocador. Sublime, en definitiva. Uno de los mejores actores, monologuistas y shówmans que ha habido encima de un escenario, combinando su carcajada socarrona, su ademán, y sobre todo, el análisis sarcástico y preciso que hacía de todo aquello que lo rodeaba. Por ejemplo, sobre el trabajo. Nadie superará nunca la radiografía que lo popularizó sobre la gente que de buena mañana iba a trabajar: "¿El trabajo dignifica? Vaya pedazo de hijo de la gran puta el que se lo inventó...":
Este 1 de marzo hace diez años que Rubianes murió, víctima de un cáncer. Pero haciendo bueno el dicho, nunca morirá del todo mientras haya alguien que lo recuerde y que explique al resto quién fue y como fue. Y todavía hay centenares, miles de personas que sonríen cuando piensan en él, que ríen a carcajadas cuando recuerdan alguna de sus intervenciones o que se emocionan pensando en algún momento compartido. Desde su familia a sus fans que no lo conocieron nunca personalmente, pasando por los muchos amigos que dejó en el mundillo teatral y los medios, como Toni Soler y su mítica Entrevista del milenio del Malalts de tele:
Fue en TV3, pero no con Toni Soler, sino con Albert Om, en El Club, cuando tuvo lugar su momento más polémico... hablando de la unidad de España. "Vino Josep Piqué y le pregunté si la unidad de España está en peligro. ¿Qué opinas tú?", le preguntó el presentador al humorista. Su respuesta, cargada de ironía y doble sentido, una provocación en toda regla que los defensores de la patria se tomaron como una ofensa personal al pie de la letra: "A mi la unidad de España me suda la polla por delante y por detrás. Que se metan españa por el puto culo y a ver si les explota dentro y se les quedan los huevos colgando. Que se vayan a cagar con la puta España. A la mierda"...
Los hiperventilados volvieron a sulfurarse, incluso después de la muerte de Rubianes, cuando le cambiaron el nombre a una calle de su Barceloneta querida, la del Almirante Cervera. Y ahora, han vuelto a salir de la cueva aprovechando la efeméride de su traspaso. Mensajes despiadados, vergonzosos y cargados de veneno, incluso diez años después de su muerte.
Si Pepe Rubianes levantara hoy la cabeza, no daría crédito. Han pasado diez años, y la España sobre la que él ironizaba, no sólo está igual, sino que probablemente ha ido a peor. Al Rubianes persona, lo entristecería profundamente. El Rubianes cómico se pondría las botas encima de un escenario hablando de las derechas, las ultraderechas, el juicio a los presos políticos o la tumba de Franco. Sin olvidar que su nombre se ha utilizado mucho durante el día de hoy para preguntarse qué pensaría él de todo lo que tiene que ver con la libertad de expresión, acerca de que se haya "congelado" a Toni Albà de sus colaboraciones con el Polònia.