El Barcelona Open Banc Sabadell está llegando a su fin. El domingo se acaba el torneo. Algunos días más -no demasiados- tienen en el Parlamento para escoger nuevo presidente. Pero hoy, en el Village del Real Club de Tenis Barcelona había más políticos que en la sede de la política catalana.

Arrimadas, García Albiol, Fernández Díaz, Iceta o Millo. No había aceitunas para todo el mundo. Ni mesas suficientes el Village. En una de ellas, codo con codo, los líderes del PP catalán y Ciudadanos, así como el ex ministro del Interior Jorge Fernández-Díaz, sentado al lado de Inés Arrimadas. La jefa de la oposición hoy iba de oscuro, como el resto de sus partenaires hombres, americana negra, camisa y corbata. A pesar de la imagen de este seguidor que se moría por retratarse con un García Albiol que se ha tenido que agachar, a quien le han pedido más selfies es a Inés Arrimadas. Los asistentes al Godó se hacían fotos y le regalaban las orejas: "Tienes que ser la presidenta, no de Catalunya, sino de España", se escuchaba.

Incluso se ha abrazado efusivamente con el ex diputado de Unió, Josep Sánchez Llibre. Han llegado justo antes de comer, sin tiempo -o voluntad- de hacer declaraciones. Cuando Arrimadas o García Albiol ya iban por el primer plato, ha llegado a toda prisa Miquel Iceta, móvil en mano. El secretario general del PSC ha recorrido los 100 metros que debe haber desde la entrada del Village hasta la entrada del restaurante en menos tiempo de lo que tarda el unionismo -o la justicia- en ponerse nervioso delante de un lazo amarillo.

A todos ellos hace falta añadir al delegado del Gobierno en Catalunya, un Enric Millo que tenía una reunión previa con dirigentes de RTVE, quizás para hablar del control que ejerce -y se resiste a abandonar- el PP sobre el ente público.

Millo no recordaba el hit de su predecesora en el cargo, María de los Llanos de Luna, cuando en el mismo Village, le dijo al periodista de En Blau, Marc Villanueva, que los "pijos eran necesarios para la sociedad porque gastaban". Vean el brillante momento:

En cambio, Millo ha dicho que en el Godó hay "gente muy normal, un ambiente muy cordial, todo el mundo saludándose los unos a los otros, y de diferentes características morfológicas"... Quizás de características morfológicas diferentes, pero cromáticamente idénticos. ¿Quieren saber cuántos lazos amarillos se han visto por el Village? Ninguno. La única cosa amarilla que se ha visto eran las rodajas de limón de los combinados, alguna pelota que se escapaba de la pista central y el lazo amarillo que llevaban en la cabeza... las azafatas de Schweppes...

Mientras Oriol Junqueras se afana para que lo trasladen a una prisión catalana, y el ministro Zoido pide que se condecore a los agentes que detuvieron a Puigdemont, la única diputada independentista que se ha visto hoy en el Godó, Anna Tarrés, intentaba dar una explicación. Cuestionada sobre esta ausencia de simbología en el Village del Real Club de Tenis Barcelona, Tarrés decía: "hay más gente solidarizada con la causa de lo que se muestra exteriormente. No tenemos que normalizar la situación". Eso sí, a pesar de haber muchos políticos catalanes, "faltaría el presidente, Carles Puigdemont, que desgraciadamente tiene que ejercer el liderazgo desde el exilio."

Tarrés, por cierto, que se ha autodescartado para presidir el gobierno de la Generalitat: "No, no, no, seguro. En la lista de los 34 todos estamos al servicio, pero cada uno tiene que saber sus propias capacidades. Puigdemont decidirá". Por parte del PDeCat, Santi Vila, el ex conseller.

"Encuentro aterrador lo que está pasando. Se van cometiendo despropósitos y situaciones injustas por parte del código penal, como la que está viviendo Junqueras y su familia".