Qué suerte que tenemos los catalanes. Pronto, muy pronto, nos visitará el caudillo ultra Santiago Abascal. Será el domingo 6 de diciembre, día de la Constitución española, y lo hará manifestándose en la Plaça de Sant Jaume de Barcelona junto a la plana mayor de VOX. Abascal escoge con maestría sus visitas a Catalunya: básicamente, la consigna es tocar las narices. ¿Qué tiene que aparecer en un juicio en la capital catalana porque afiliados del partido denuncian vulneración de derechos fundamentales? Ains, "es que me pilla mal". ¿Qué puede venir a hacer ruido para defender la "legitimidad constitucional" (de una constitución que no respeta)? Entonces sí, genial, súper. No importa cancelar su presencia en los actos del Congreso de los Diputados (por segunda vez consecutiva) y, todavía peor, pasarse por el arco de triunfo las restricciones a la movilidad por el coronavirus. Un machus ibéricus no teme al "virus chino"
Súper Santi será, por lo tanto, haciendo de Manolo el del Bombo ultra frente al Ayuntamiento y el Palau de la Generalitat. Todavía no ha pisado Barcelona, pero su vuelta (después de aquella terrorífica manifestación de 2019) ya molesta e indigna. Dos famosos de TV3 ironizan con la visita, con un animado intercambio de impresiones en la red: uno, el presentador Jordi Eroles; el otro el corresponsal en Madrid Carles Castellnou. El primero lo expresa con claridad: "Yo no puedo salir de mi pueblo el fin de semana por el confinamiento municipal, ni yo ni ningún ciudadano de Catalunya. La movilidad está restringida y Abascal vendrá de Madrid a Barcelona este domingo. ¿Se le sancionará?" Sigue soñando, amigo Jordi. No da la impresión que así sea. Castellnou le apunta el por qué: "Será que está por trabajo. Para hacer pre campaña electoral". Jordi insiste y pone el dedo en la llaga: "La cuestión es si éticamente es justificable en plena pandemia y restricciones (más allá de la ideología ultra del personaje) y si se controlará la procedencia de los concentrados para saber si se han saltado el confinamiento." Ética y Abascal son como agua y aceite: indisolubles. No va en su ADN.
Veremos cuántos cruzados por España llegan el domingo cabalgando sus corceles. BCNeta tendrá trabajo.