¿España queire a Catalunya? Pues no demasiado, la verdad. Las excepciones son contadas: hay un montón de españoles que no esconden su catalanofobia. Otros quizás no son tan radicales, pero sí sutiles y sibilinos. Son los mismos que te intentan convencer de que se les rompe el alma al pensar en la separación de sus mellizos catalanes. De hermanos, sin embargo, poco. Al menos fraternos, no dominados como tontos e ignorados. Aquí no hay amor. Es un sentimiento de posesión, no de afecto, respeto ni comprensión. Y someter al otro también incluye ridiculizar. Es fácil y de rendimiento inmediato, reirán tus gracias en Madrid, en Toledo, en Albacete o Jerez. En el resto de la familia española, vaya. Si los catalanes se enfadan, ajo y agua. Lo decimos en castellano, respetando la literalidad de la expresión. ¿Verdad que si dijeramos all i aigua sería una astracanada ridícula, como llamarle ajo aceite al all i oli? Pues de esto va un poco la cosa.
Pongámonos en situación: programa 'Hoy por Hoy' de la Cadena SER. Uno de los espacios emblemáticos de la emisora, presentando por una catalana: Àngels Barceló. Hace mucho tiempo que vive en Madrid, a veces se le nota un poco oxidada en algunos aspectos, pero vaya: que es catalana. Hay una colaboradora, experta en gastronomía y adscrita a la Universidad de Alicante que se llama Ainhoa Aguirregoitia. Podría ser vasca, pero de las que escriben el apellido más euskèrico del mundo en versión castellana. Un detallito. En fin, que de repente Ainhoa deja a todo el mundo de piedra con el robo del siglo: birlar un símbolo de Catalunya intocable y entregarlo a otras regiones del Estado, maltratándolo de paso. Ella y los responsables de redes de la emisora, que escriben "pan tumaca" en vez de pa amb tomàquet. Esta es la madre del cordero... y de los tomates.
El 'pà amb tomàquet' no es catalán, dicen en el programa de Àngels Barceló
Todo empieza con un "¿tú sabías que el pan restregado no es catalán?" Suena feo y todo. Barceló lo pilla al vuelo y le sale un "perdona?" con acento cerrado y todo, a riesgo de estallar la cabeza de algunos oyentes de la piel de toro. "¿Que el pan con tomate del tomate restregado no es catalán? Buf..." La tertuliana desarrolla su historieta: "Esta la cosa entre Andalucía y Murcia, lo llevaron los inmigrantes trabajadores allí, no tenían con qué rellenarse los bocadillos porque lo que hacían era currar como condenados". Àngels, conmocionada: "No voy a rebatirte porque no tengo documentación, pero emocionalmente te estoy llevando la contraría: estás atentando contra un símbolo de Catalunya". Basta. Basta de herejías. Apagamos la radio.
Pollo sideral por la aberración sobre un símbolo de la catalanidad intocable
Apagamos la radio pero encendemos Twitter. Y lo que allí encontramos es un alboroto de traca, con catalanes y catalanas espeuznados por la aberración que habían oído. ¿El pà amb tomàquet de Murcia? ¿Andaluz? ¿Y por qué no de Melilla o Ciempozuelos? Con pincel o cucharilla y el tomate exprimido, si nos ponemos, ¿no? No entraremos nosotros en conflicto directo con la autora de la ofensa / gracieta anticatalana, que lo es. Mejor lo dejamos a las redes. Spoiler: hay gente muy molesta. Otros, más serenos, aportan datos que desmontan teorías propias de Iker Jiménez y su nave del misterio. Pero vaya, que la tónica general es ponerlos a parir. Hemos avisado.
Si tocan el pà amb tomàquet, nos tocan a todos. Alerta.