A menudo se asocia a la familia Falcó con el lujo, los títulos nobiliarios y los escándalos sociales, pero pocos conocen la impactante historia de Hilda Fernández de Córdoba, abuela de Tamara Falcó, quien destacó como un verdadero ícono del feminismo en una época dominada por hombres. Más allá de su posición aristocrática, Hilda rompió moldes y desafió las convenciones sociales con su audaz estilo de vida, convirtiéndose en un referente silencioso del empoderamiento femenino.
Nacida en una de las familias más poderosas de la nobleza española, Hilda Fernández de Córdoba, hija de los duques de Arión, no se conformó con el rol pasivo que la sociedad le tenía reservado. Mientras otras mujeres de su época se limitaban a la etiqueta y los eventos sociales, ella se adentró en un mundo completamente dominado por los hombres: la caza, convirtiéndose en una de las pocas mujeres cazadoras de España. Y no lo hizo de manera discreta; en los años 30, Hilda paseaba por las calles de Madrid acompañada de una cría de jabalí, desafiando a la sociedad con una imagen que escandalizaba a la alta sociedad madrileña.
Hilda Fernández de Córdoba, la cazadora que rompió las reglas
Desde muy joven, Hilda acompañaba a su padre, Joaquín Fernández de Córdoba, duque de Arión, en expediciones de caza, donde rápidamente se destacó por su destreza con el rifle y su envidiable puntería, convirtiéndose en una de las cazadoras más hábiles de su tiempo, actividad que en aquel entonces era un símbolo inequívoco del poder masculino. Pero la caza no era solo una afición para ella; era su forma de rebelarse contra las estrictas expectativas de la sociedad. Su valentía para desafiar las normas no solo la llevó a ser una de las cazadoras más respetadas, sino que también la posicionó como una precursora de la lucha por los derechos de las mujeres en su círculo social. Sin hacer ruido, Hilda fue desmantelando el patriarcado en su propio entorno.
La abuela de Tamara Falcó: una mujer adelantada a su tiempo
Ahora bien, el feminismo de Hilda Fernández de Córdoba y Mariátegui no fue el tipo de activismo que se pregonaba desde los balcones ni que llenaba titulares. Fue un feminismo silencioso pero poderoso, que se manifestó en sus elecciones y en su vida cotidiana. Desde ser una de las pocas mujeres cazadoras en una época en la que eso era inimaginable, hasta su decisión de empoderar a las mujeres de su familia mediante la herencia de títulos nobiliario, como fue el caso de su nieta Xandra Falcó, Hilda Fernández de Córdoba se convirtió en una figura que dejó huella.
Hoy, su nieta Tamara Falcó se ha convertido una de las mujeres más influyentes de España, y aunque muchos destacan su linaje y títulos, pocos saben que detrás de su éxito se encuentra la influencia de una abuela que rompió barreras y desafió las normas de una sociedad que limitaba a las mujeres. Hilda fue, sin duda, un ícono del feminismo en la aristocracia, aunque su lucha se libró en los cotos de caza y en las decisiones familiares que impactarían generaciones. ¡Una mujer adelantada a su tiempo!