Ayer jugó el Barça femenino y no, no hace falta que dudéis, volvieron a ganar. El mejor equipo del mundo continúa con su buena dinámica y cualquier aficionado de la liga disfruta de sus partidos. No hace falta ni sentir los colores azulgranas para ver el partido y pensar que juegan bien. El conjunto culé es una constelación de estrellas y todo lo que están consiguiendo es una barbaridad. A pesar del adiós de muchas jugadoras clave de la temporada pasada, el equipo se ha recompuesto de la mejor manera y cada día que juegan, como ayer, golean. 4, 5, 6... los aficionados azulgranas no se cansan de cantar gol, gol y gol y son felices, como hace tiempo que no lo eran. El equipo femenino ya ha implantado su nombre en todo el universo del fútbol y allí donde van del mundo las conocen como el mejor equipo de todos. Una joya poder disfrutar de todas ellas muy cerca de casa.
Más allá del verde, las jugadoras son una familia y en sus gestos más naturales durante los partidos, podemos ver cómo se quieren entre ellas. Hay algunas, de hecho, que son pareja, como es el caso de Mapi León e Ingrid Engen. El amor dentro del vestuario no ha roto el buen ambiente, al contrario, las jugadoras no paran de hacer planes fuera de los terrenos de juego. Qué maravilla, parece que hayan recorrido todos los lugares de Catalunya. A las futbolistas les encantan los planes catalanes y, a pesar de no haber nacido algunas en Catalunya, sus compañeras las hacen oír como si fueran catalanas. Un buen ejemplo es Kika Nazareth, que sorprendió a todos los culés los primeros días con unas palabras tiernísimas en catalán. La jugadora no es la única que se ha enamorado de la tierra y antes de acabar el año hicieron una excursión en las montañas de Montserrat.
Después de ganar al Real Betis, dos jugadoras del Barça, Cata Coll y Clàudia Pina, una mallorquina y la otra catalana, han protagonizado el plan más catalán posible. ¿Qué hay mejor que organizar una calçotada con los amigos en alguna barbacoa perdida de cualquier municipio? Probablemente que gane el Barça y poco más. Las jugadoras, después de conseguir lo segundo, han hecho lo primero y han enamorado a los culés con la típica fotografía comiendo calçots. Ya lo alertaba Cata Coll hace unas horas con un fuego encendido y la futbolista lo ha confirmado minutos después. La escena es brutal, las dos con el brazo hacia arriba con unas gafas de sol y la mirada al cielo. Encima de ellas un calçot bien mojado y con la lengua fuera disfrutan de una de las comidas catalanas más típicas. Tan solo de verlas nos hace ruido la barriga.
Obviamente, las dos han publicado la fotografía en sus perfiles y han dejado a los seguidores boquiabiertos. Las dos jugadoras tienen la comida bien merecida, por todas las alegrías que nos han dado y nos darán. No hay futbolista culé que no le queden bien los colores azulgranas. Si aparte de golear, transportan su catalán dentro de los campos de fútbol, no podemos pedir más. Las futbolistas han escogido un lugar de barbacoas cerca de Barcelona para perderse y hacer el mejor plan posible. Ninguna de ellas se cansa de verse con las otras dentro y fuera del campo. Buen provecho a las dos, buenos calçots, buenas paradas y buenos goles.