Este fin de semana, la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, era una de las protagonistas del digital LOC, que explicaba que ella y su marido, Adrià Alemany, ya no eran pareja de manera definitiva: "Sí, nos separamos hace tres años. No tengo nada que ocultar. Los dos vivimos en Barcelona y nos llevamos muy bien por los niños". Tienen dos criaturas de 14 y 7 años. "Aunque ya no viven juntos, tienen una relación amorosa y civilizada. Todo se acabó por un desgaste, al fin y al cabo fueron quince años juntos. Decidieron separarse, pero manteniendo la unidad familiar. Se quieren y se admiran profundamente", cuenta su entorno. Colau, pues, a sus 51 años, hace tres que rompió de manera definitiva con su pareja sentimental de los últimos años y padre de sus hijos.

ada coláis y marido GTRES
Ada Colau y Adrià Alemany / GTRES

Una Colau que este martes ha mantenido una charla sensacional con David Àvila en el pódcast Ja m'entens de Catalunya Ràdio, dirigido especialmente a "mostrar y divulgar la realidad del colectivo LGTBIQ+, dando voz, mostrando estas realidades de una manera divulgativa, pedagógica, entretenida y con rigor", charlando con diferentes invitados que se abren en canal sobre sus relaciones de pareja, sobre su intimidad y sobre la realidad que les rodea, centrándose en estos parámetros. Con la política han hablado de la realidad de hoy en día, y de todas las problemáticas que ha tenido que sufrir desde que el 9 de diciembre de 2017 la activista y exalcaldesa de Barcelona concedió una entrevista a Jorge Javier Vázquez en el programa Sábado Deluxe donde hizo pública su bisexualidad. "Aquello hizo correr muchos ríos de tinta", dicen en el programa.

Ada Colau y Jorge Javier Vázquez al 'Sábado Deluxe' Telecinco
Ada Colau y Jorge Javier Vázquez en el 'Sábado Deluxe' / Telecinco

Han recordado el momento, ese momento, en el que Colau dejó caer que "he tenido una relación de muchos años con una mujer italiana, primero fue con un hombre y luego con ella. Fue la única mujer en mi vida como gran relación, aunque hubo alguna otra. Tuve primero un novio y después una novia italiana, Paolo él y Elena ella, con 19-20-21 años, cuando me fui de Erasmus a Milán. Era la primera vez que me enamoraba de una mujer, fue una relación larga, de dos años. Teníamos un montón de amigos gays en la familia, y formaba parte de nuestro entorno. Mis padres lo vieron como algo normal. No lo voy explicando, pero tampoco tengo que esconderlo. Viva el amor y cada uno que quiera a quien quiera". Mirando atrás, "si ves la imagen de aquel momento, Jorge Javier no se lo esperaba nada, nada, nada. Y yo no lo había pensado nada, fue espontáneo, con naturalidad máxima. Su cara no la olvidaré nunca, ja, ja, ja".

"Fue muy interesante, allí tomé conciencia de la importancia de los referentes, de la visibilidad, para vivir con naturalidad. En los días siguientes, mujeres mayores que me abrazaban llorando, mujeres jóvenes, personas del colectivo diciendo cómo les hubiera gustado hablar así a una alcaldesa...". Una Colau que se ha sorprendido, con los años, de que compañeros políticos "o incluso amigos, gente próxima", le hayan reprochado que hable de esta cuestión muchas veces: "'Ya lo has comentado, no hace falta que insistas más'... Aunque lo hacían porque intentaban protegerme de los haters". Tiene claro qué decir cuando le echaban en cara una frase que oyó mucho: "'¿A quién le importa la sexualidad de la Colau?'... ¿Y a quién le importa la sexualidad de tantos heterosexuales que nos hemos comido día y noche?", dice ella. Una conversación que vale mucho la pena y que ha acabado con una canción. Esta:

'Tutto va bene quando facciamo l'amore', de Alex Rossi. ¿Por qué ha sonado? "Pues mira, esta canción... ahora te contaré una intimidad, que nos gustan las intimidades: esta canción me la descubrió una amante, este año". Una canción que entusiasma a Colau, porque "básicamente dice eso, no tiene misterio: todo va bien cuando hacemos el amor, y lo repite durante toda la canción... Pero en su sencillez y reiteración está su genialidad, porque a veces hay pocas cosas que sencillas, claras y diáfanas, dicen mucho. Y son grandes verdades a las que agarrarse. En tiempos donde cada vez oímos hablar más de guerra, gobiernos reaccionarios, autoritarios, reivindicamos nuestros cuerpos, los placeres, el amor y hacer el amor. Y, eso, puede ser revolucionario".

Hagámosle caso a la Colau y a Alex Rossi, todo va bien cuando hacemos el amor.