El joven que ven en la foto es José Agustín Peréz Nuñéz. Tiene 22 años, es youtuber, streamer y similares. También es andaluz, de Sevilla. Ahora bien, no vive en su tierra. Tampoco en su país. Ni siquiera lo hace en un estado en el que su idioma materno sea el oficial: fue a parar a Andorra hace cinco años. Lo hacía por pasta, como los buenos patriotas. Allí se pagan menos impuestos, todo al bolsillo. Este elemento hizo que pasara por alto el pequeño detalle idiomático, el que en Andorra la lengua nacional sea el catalán. No hay que decir, evidentemente, que durante todos los años que ha residido allí no ha hecho ni el más pequeño esfuerzo por aprender ni una palabra. Según Agustin51, su nombre virtual, se trata de una cuestión de libertad. Que es libre de hacer lo que le salga de las narices, si no de una parte más íntima de su anatomía. Muy bien. La misma libertad que el Estado soberano de Andorra tiene para exigir, a partir de ahora, que sus residentes mudados respeten la lengua. Cosa que está pasando estos días, y que ha sacudido este micromundo de jóvenes, millonarios y pasotas.

La colonia de los españoles que hacen el agosto vía internet en Andorra es enorme. Allí han encontrado un paraíso de montaña, de nieve y de tasas muy bajas donde pueden seguir jugando a videojuegos mientras se compran casas, coches y toda la parafernalia de nuevos ricos con aquella alegría. Agus llegó allí siendo menor de edad, y como explica en un vídeo lacrimógeno, solo le pidieron un certificado de antecedentes penales, "un par de chequeos médicos", y basta. Y ea, a lo loco. La nueva exigencia del gobierno, un examen que podría aprobar un niño de P3, le preocupa. Pobrecito. Su testimonio es un NO como una catedral. Cosa que no ha pasado con Rubius, por ejemplo, quien también se ha manifestado al respecto como parte interpelada.

Agustin51 /  Youtube

La tesis del personaje, miembro del 'Escuadrón Salchichón' con gente como TheGrefg, es que el gobierno andorrano actúa como una "dictadura". Que cómo le pueden pedir una salvajada como estudiar catalán, a él, que "tengo toda mi vida aquí, mis amigos, mis cosas". Que "me había mudado aquí porque podía ser feliz y libre", repite. Claro. No se puede ser libre en catalán, ni feliz. Solo lo es si no paga a Hacienda. La clave, "si me lo dicen hace cinco años, no me mudo". Su tolerancia queda retratada, su nivel cultural, también. "Me gusta mudarme a lugares donde respeten la ligera línea entre la vida de los demás". Aplicate el cuento, myfriend. Respeta el país, la lengua, la cultura, la tradición y las normas del país al que te has mudado, no solo las ventajas para hacerte rico. En fin. Aquí tienen el documento. De traca.

La respuesta al vídeo del ofendidito Agustín, evidentemente, es la de ponerlo en su sitio. Haremos un repaso, pero para resumir la cosa, tiene dos opciones: o adaptarse o largarse. O lo que sería lo mismo: o estudiar o pagar lo que le toca, como todos los españolitos monolingües como él. Suerte, José Agustín.

Agustin51 / Movistar