El último Estranyes Parelles ha reunido a dos personas de ámbitos próximos -pero a la vez muy distintos- en una conversación profunda y con mucho contenido. El resultado ha sido correcto para TV3 (11,2% de audiencia y 218.000 espectadores), y enriquecedor para las redes, que han aplaudido el programa.
Los protagonistas han sido el crítico televisivo Víctor Amela y la actriz Aida Folch. Ella dedica su vida a interpretar, mientras que él opina sobre los espacios televisivos donde aparece la primera.
En este contexto, Folch ha contado de forma sincera sus complicados inicios en el mundo de la interpretación.
Esto ha venido a raíz de la percepción de Amela, que cree que los actores se dedican a esta profesión porque viven con alguna especie de problema. El crítico explica que muchos intérpretes se han molestado por este comentario, pero no la actriz de Cites, que le da la razón, y desarrolla su historia.
Folch explica que viene de una "familia complicada": su madre sufre una enfermedad mental. La situación que vivió de pequeña en casa no fue la mejor, y al conocer el teatro descubrió una vía de escape.
La actriz catalana matiza que nunca había pensado en dedicarse a la interpretación. Aparentemente, se inició en ella porque era la única actividad extraescolar que le quedaba libre: se rompió el brazo y ya no podía jugar a baloncesto, que es lo que hacía.
Así, sus inicios en el teatro no fueron fáciles: "era muy tímida", explica... Hasta que un día subió al escenario y descubrió que había "mucha libertad". "Fue una liberación", justo lo que no había podido tener en casa, asegura.
Después de media vida dedicada a la interpretación, Aida Folch es ahora una actriz plenamente consolidada. Últimamente lo hemos podido ver en Sé quien eres (Telecinco) con un papel destacado, y haciendo de nieta de Montserrat Carulla. Ahora ya está preparando su vuelta a TV3.