La última semana de febrero ha acabado con el mejor de los regalos por los fans de Aitana, el estreno de la docuserie de la cantante en Netflix. Aitana: Metamorfosis prometía mostrarnos el verdadero detrás de las cámaras de la cantante y mostrarnos, de nuevo, su vida 24 horas, tal como la conocimos en Operación Triunfo. Seis capítulos de 40 minutos que no han dejado indiferente a nadie, en el que nos ha resuelto muchas de las incógnitas que los fans y la prensa tenían sobre su vida personal, como por ejemplo su relación con Sebastián Yatra, o también su forma de trabajar en la industria musical durante este último año marcado por los dos conciertos que tenía que dar en el Santiago Bernabéu. De nuevo hemos podido ver las lágrimas, los nervios, la espontaneidad, la ansiedad y las alegrías de una Aitana que no veíamos desde el 2017.

El documental narra punto por punto toda su vida, desde el actual ritmo que vive a raíz de su fama por la música, hasta incluso sus raíces con la presencia de sus padres, amigas de la adolescencia y también visitando sus pueblos y algunos de los rincones donde vivió gran parte de su anonimato antes de entrar en la academia que le cambió la vida. Aitana es catalana, y aunque por su carrera musical vive en Madrid desde que salió del programa y también viaja constantemente a Miami para trabajar con productores, nació en Sant Climent de Llobregat, donde actualmente tiene su residencia familiar de toda la vida. Ella fue a la escuela de este municipio del Baix Llobregat, y años más tarde, después de la primaria, fue al instituto en Viladecans, donde formó el grupo de amigas que aparecen en el documental y que siguen siendo un refugio entre los flashes y las alfombras rojas.

Aitana Ocaña de amarillo en su pueblo, Sant Climent de Llobregat GTRES
Aitana Ocaña paseando por Sant Climent de Llobregat cuando salió de la academia de 'Operación Triunfo' / GTRES
Aitana Sant Climent de Llobregat / Radio Estrella|Cometa
Aitana visitando Sant Climent de Llobregat unos años más tarde, justo cuando estaba grabando el documental / Ràdio Estel

En Metamorfosis la podemos ver visitar el Instituto Josep Mestres i Busquets en Viladecans, donde allí se reúne con sus profesores del bachillerato artístico que la vieron crecer y formarse, y también se pasea por la Fira de la Cirera de Sant Climent de Llobregat, donde absolutamente todo el mundo le pide una foto por la calle. A pesar de sentirse a gusto en su pueblo natal, donde también se reúne con toda su familia en una comida familiar enorme, en ningún momento se la puede sentir hablando en catalán porque no es su lengua natal. Incluso cuando entró en el concurso, ya explicó que ella solo hablaba catalán dentro del aula donde se estaba formando académicamente, porque en casa con sus padres y el resto de la familia, hablaba en castellano. Sin embargo, Aitana ha demostrado ser consciente del privilegio de saber hablar nuestra lengua y, por eso, durante la promoción del documental, cuando habló con TV3, agradeció que quisieran hablar catalán con ella. Atentos:

Aitana hablaba con TV3 y decidía hacerlo en catalán, una lengua que actualmente ya no practica mucho porque no tiene con nadie con quien hablarla, sin embargo, se siente a gusto y al terminar dice: "Gracias para hablar catalán conmigo, que a veces lo necesito porque me voy olvidando. Yo leo muchos comentarios, y lo paso mal, de la gente diciendo: ¿cómo puede ser que Aitana no hable del todo bien catalán, si ha estudiado en Catalunya?" Ella forma parte del gremio de personas, y de famosos, que han sido educados en catalán, pero no lo acostumbran a hablar. Aitana explica una de sus razones: "Sí, tienen razón, para mí la lengua nunca ha sido fácil, pero ni en catalán ni en castellano, yo era más de matemáticas. Parece una mentira, pero de verdad, en catalán y en castellano siempre sacaba un seis, un bien" También detalla los orígenes de sus padres, los cuales tampoco hablan catalán: "Mi madre nació en Barcelona, pero es de padres extremeños y no hablaban catalán en casa, y mi padre tampoco, entonces, no podía practicar tanto. Y es verdad que hay personas que no lo practican en casa y lo hablan fenomenal" decía Aitana en la cámara.

Un discurso que solo acaba con una única conclusión, hace falta que personas como Aitana sigan practicando nuestra lengua. "Me tengo que poner las pilas, y tengo que volver a hablar mejor el catalán, y a mis amigas los digo: ¿me podéis hablar catalán? Y me dicen, es que es extraño, porque tú nunca hablas catalán y yo les digo: a ver, pero es que si no me olvidaré, necesito que me ayudéis" Esta es justamente la Aitana que hace mucho tiempo que añorábamos, la que está detrás de las cámaras. Una vez más, maravillosa.