La selección española femenina, o mejor dicho, sus dirigentes, todavía tienen mucho trabajo por delante para dotar a la campeona del mundo de una estructura sólida, profesional y éticamente responsable. La entrada de Markel Zubizarreta, nueva incorporación de la Federación tras años de éxito en el Barça, hace pensar que pasarán cosas. De momento, no salimos de escándalo en escándalo. De ridículo en ridículo. Todo a raíz de la derrota sorprendente de España contra Italia en el estadio gallego de Pasarón, en un partido clasificatorio para la Nations League. Las locales vieron cómo Italia remontaba con un 2-3, haciendo peligrar la clasificación. Otro resultado, el de Suecia, favorecía los intereses de las españolas y acababan pasando a la ronda final. Pero fue de un pelo. Y buena parte de la culpa la tiene la seleccionadora, Montse Tomé. Una chapuza monumental.

No se trata de cuestiones complicadas para entendidos de fútbol, no. Tan fácil como que España, que ganaba por 1-0 al descanso, empezó la segunda parte con 10 jugadoras. Una se había quedado en el banquillo. ¿Por qué? Pues podrá ser por muchas cosas, menos la acusación pública expresada por la técnica al acabar el partido: por culpa de Aitana Bonmatí. La Balón de Oro fue una de las dos jugadoras sustituidas en el descanso, junto con Athenea del Castillo. Las dos lo sabían. La entrenadora, por descontado, también. Revelador el caso de la jugadora blanca, oveja negra en algunas polémicas, explicando la verdad sobre lo que pasó: "Los cambios los ha dicho casi al inicio de la charla". Ergo, todo el mundo era consciente de que hacían dos cambios. Montse Tomé miente. Punto final.

Tomé va de mosquita muerta, pero después cómo las suelta. Protagonista en aquella convocatoria-chantaje a las jugadoras durante el huracán Luis Rubiales, vuelve a dejar una actuación indigna. Un maltrato intolerable, ruin: En el descanso hicimos el cambio de Athenea por Lucía y luego cuando íbamos a entrar en la segunda parte Aitana nos avisa con poco tiempo de que no puede continuar. Por eso no tenemos tiempo para que Esther pueda calentar y entrar en el partido, por eso iniciamos con una jugadora menos”. Insistía tiempo después: "Aitana nos avisa tarde de que no está disponible". ¿Pero cómo puede ser, si Athenea dice que fue al inicio de la charla? ¿Y lo más importante, qué narices hace poniendo el dedo acusador sobre la crac del equipo? ¿Ha perdido el juicio? ¿Quiere dinamitar la plantilla? ¿Hay cámara oculta?

Montse Tomé / EFE

Que toda una selección campeona del mundo salte al campo con 10 jugadoras en un partido de trascendencia internacional no es culpa de Aitana Bonmatí, ni de Esther, ni de ninguna futbolista. Todos sabemos de quién es. La Federación no funciona, hace falta más limpieza a fondo y poner a gente competente y válida. Está claro quién no sirve. Y como dice un comentario generalizado en redes sociales, es que al final vuelve a demostrarse que "Mapi, Patri y Pina tienen razón". Y por eso no vuelven. No se puede seguir así.

Aitana Bonmatí / Instagram