"¡¡¡En Catalunya se persigue el castellano!!!": este mantra falaz es el favorito del españolismo cuando se habla de cuestiones de lengua, cultura e identidad. Una patraña más falsa que un billete de 15 euros. Cualquier organismo pluricelular mínimamente juicioso sabe perfectamente que sólo se trata de propaganda ultra, pero desgraciadamente nos estamos dando cuenta de que vivimos rodeados de seres intelectual y moralmente poco desarrollados. La mentira y la intoxicación es aquello que desayunan cada día los croados hispanistas, y nunca se empachan. Desmontarlos es sencillo: basta con salir de la guarida|cubil e informarse de cuál es la realidad sociolingüística del país, pero eso es mucho pedir. En todo caso, lo seguiremos intentando. Un buen ejemplo, el de Aitana Ocaña, cantante de gran éxito internacional, catalana de Sant Climent de Llobregat y claramente castellanohablante. Su catalán es muy mejorable, y no lo decimos nosotros, no. Lo explica ella misma.

Aitana hablando catalán en Catalunya Ràdio / @adolescentsXL

Seguro que tampoco harán caso, porque la joven triunfita ha sido víctima de la persecución ultra por el hecho de ser catalana, acusándola de pro-indepe por vestir amarillo. No les importa que se exprese con dificultades en la lengua de los enemigos de la patria, cómo ha vuelto a poner de manifiesto en una entrevista en el programa AdolescentsXL de Catalunya Ràdio. Con el saludo ya queda claro que no es su punto fuerte: "cómo estáis?... yo y mi catalán..." Afortunadamente Aitana no vive en la trinchera de la intolerancia, y quiere mejorar. Sí, porque tiene un sueño, o una visión: se vería presentando actos del Club Súper 3 de TV3, todo un emblema de los chiquillos catalanes. Ella también ha formado parte durante su infancia, y no se perdía ni un acontecimiento. Sólo ve un problema: la lengua. "con mi catalán es difícil, pero lo intentaría. Me esforzaría mucho por tener un catalán mejor". Esta es la actitud, y punto.

Aitana de amarillo en Sant Climent de Llobregat / @aitanax

Ante los ladridos del monolingüismo victimista, la sinceridad y la buena fe de aquellos que no lo dominan, pero no lo detestan. "Lo malo" sería pasarse 'al lado oscuro'.