Con tan sólo 20 años Aitana Ocaña ha conseguido lo que mucho artistas no pueden ni siquiera soñar: Actuar en un recinto de la altura del Teatro Real de Madrid. La catalana lo llenó hasta los topes con un público entregado y entre los que había amigos y compañeros de Operación Triunfo como Amaia Romero y los Javis, famosos como Bryce Efe (Paquita Salas). También su nuevo chico, el actor Miguel Bernardeau, a quien incluso dirigió una sutil dedicatoria, mucho más amorosa que los supuestos insultos que algunas crónicas aseguran que recibió. El concierto, a las 12 del mediodía, un horario poco usual, era la clausura del festival Universal Music Festival, y Aitana se dejó todo sobre el escenario... aunque no se ha ahorrado algunas críticas.
El motivo de los críticas a la barcelonesa era su "desafortunado" vestuario en el photocall previo al concierto: "Inapropiada", "patinazo","no le sentaba bien", "arriesgado" o "se quiere parecer a Rosalía" han sido algunas de las opiniones leídas en diarios como El Mundo o incluso en el siempre moderado Ok Diario. No se esperaron ni siquiera a que subiera al escenario, ya iba mal. Incluso recibió por el maquillaje, con otra comparación cargada de mala baba: La que le hacen con una de las influencers más poderosas como Chiara Ferragni: "No hay color". Vaya, que quieren mucho a la triunfita.
A Aitana le está pasando como a la propia Rosalía: Cualquier motivo es bueno para intentar despreciar su éxito, como el caso de las famosas entradas gratuitas de una heladería de Santander, "la gran y definitiva prueba" de su "declive". Ahora bien, sólo hay que pasarse por las redes sociales para comprobar que sus fans no paran de crecer, aunque le pese a algunos.
El "cuanto peor, mejor" que tanto se estila en España, ahora llega también al showbussines. Seguro que algunos dirán que si arrasó en el escenario, fue porque le hicieron caso y se cambió de vestido. Profetas hay a patadas...