Objetivo cumplido en Telecinco: el catalán Albert Barranco se ha quedado a las puertas de la final de 'Supervivientes' después de perder la batalla de los votos contra Jorge Pérez, el guardia civil y modelo por el que han hecho una campaña descarada durante las últimas semanas. Kiko Matamoros debe estar contento, ya que calentó la votación planteando una falsa batalla entre 'indepes' y 'picoletos'. Unas fotos antiguas del barcelonés participando con su familia en la Diada Nacional han sido la excusa perfecta para desequilibrar la balanza. La victoria, encajada con espíritu deportivo y amistad entre ambos, eso sí, no ha sido suficiente y el desprecio contra Catalunya ha continuado con una escena ridícula.
Los concursantes tuvieron contacto con sus familiares después de 3 meses separados y mucha incertidumbre por las noticias sobre el coronavirus. Los encuentros se hicieron bajo medidas de protección, con mamparas y un sistema aislante para poder abrazarse. La fórmula fue emotiva, como la del propio guardia civil con sus hijos de 8 y 6 años. Barranco, una vez expulsado, se encontraba con su madre. Y claro, cometía "un pecado": hablar en catalán. ¿Inaudito, verdad? La madre le decía: "ets un campió. Carinyo, tothom ha estat amb tu. T'estimo tant". Demasiada información. El programa intervenía para evitar colapsos mentales en la audiencia castellanohablante. El toque Jorge Javier Vázquez, badalonés y catalán, revelador y penoso: "voy a traducir lo que están diciendo: te quiero tanto". Madre e hijo reaccionaban y cambiaban a la lengua "de los cristianos": "uy, es que no me doy cuenta".
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La tolerante España no puede soportar un "t'estimo". Quizás alguien pensaba que le daba instrucciones para proclamar definitivamente la República Catalana.