Pocas cosas son más patéticas que un bufón sin gracia. Bien, quizás hay alguna. Por ejemplo, que sea tozudo, narcisista y cada vez más alejado del mundo real. Curioso: parece que estemos hablando de una persona muy concreta: Albert Boadella. ¿Y saben que es lo peor (o mejor) de todo? ¡Que sí, que efectivamente hablamos de él! El dramaturgo reconvertido en humorista de cabecera del unionismo hace tiempo que demuestra que, si le faltaba algún atributo, también es un machista orgulloso. Recordemos sus palabras sobre Plácido Domingo ("las manos del hombre no están para estar quietas") o antiguos tuits sobre la actual Ministra de Igualdad, Irene Montero. Su séquito mononeuronal le reía las gracias, de la misma manera que se tronchan con una fotografía viscosa, ofensiva y lamentable con la que se mofa de la Ley de Libertad Sexual, también conocida por la del "Sí es sí".
Boadella, fiel compañero de Cayetana Álvarez de Toledo en el viaje al centro de la infamia, soba los pechos de una estatua con mirada lasciva y asquerosa. Tan asquerosa como el texto que acompaña la puesta en escena, y que describe a un hombre acomplejado, que sufre incontinencia verbal y enloquecido por su irrelevancia pública: "Certifico que la Venus no me ha dado el Sí". Lo que haga falta para que le hagan 'casito'. Cierto, con este artículo le damos bola. Pero hay que conocer estas sandeces para reafirmarnos en el firme propósito de olvidar su existencia errática y apolillada. Pero no se vayan aún, que el show no se ha acabado. "¿Es mármolacoso? ¿Acoso callejero? ¿Marmolicídio? ¿O apología del tetarismo?" El Congreso Internacional de los Amantes del Carajillo y el Caliqueño te saludan, oh maestro. Fiesta mayor en Can cavernícola.
Lástima que la Venus sea de piedra y no tenga brazos para defenderse. Afortunadamente, la inmensa mayoría de las mujeres han visto tu parodia infecta. También muchos hombres. Y utilizarán lo que haga falta para evitar que las violentes.