El movimiento Tabarnia, encabezado por Albert Boadella, ha vuelto a representar uno de sus espectáculos miserables: El de ridiculizar, frivolizar y despreciar a los 9 presos políticos catalanes que esperan sentencia después de más de 20 meses de calvario. Los unionistas, encabezados por su líder, llenaban las redes con mensajes enfurecidos por la detención de 7 ultras (que integran un "comando antiindepe" conocido como Justicieros Nocturnos) por realizar acciones vandálicas frente a domicilios de mossos, alcaldes e instituciones públicas. Entre todos ellos, por cierto, había un "ángelito" que se manifestó junto con Inés Arrimadas, Santiago Pulido. La detención de todos ellos hizo reaccionar a Boadella, y acto seguido, a la caterva de seguidores que arrastra, clamando por sus "presos políticos".
Los detenidos han quedado en libertad tras declarar al juzgado de Girona, pero su liberación no ha calmado los ánimos ultras, que han redoblado sus ataques: En redes sociales y en las calles de Catalunya.
La exhibición de inmoralidad tabarnesa ha sido recibida con desdén pero también con indignación.
Tabàrnia en estado puro: La comedia de la intransigencia y la catalanofobia más radical, auspiciada por el resentimiento y el desprecio.