A Albert Om le gusta su trabajo. Mucho. A Albert Om le gusta su tierra, Taradell, la comarca de Osona, Barcelona... Mucho. Albert Om está encantado con la familia que le tocó. Mucho... Pero hubo un momento, ahora hace seis años, que decidió marcharse. Dejarlo todo atrás y emprender un viaje, pequeño en el tiempo, pero intenso. Cambiar momentáneamente de vida, de manera de vivir la vida, y empezar una experiencia personal que lo reconfortara y lo hiciera sentir emociones que hacía tiempo no tenía.

Albert Om / @univers_llibres

Albert Om se fue. No demasiado lejos, sin embargo. Se fue a Francia, a la Provenza, justo después de acabar El convidat en TV3 y antes de aterrizar por segunda vez en RAC1 para conducir Islàndia. Primavera del 2015. Om hace las maletas, como hacía en el programa de TV3 donde iba a las casas de los famosos. Pero se va para estar solo. O como mínimo, rodeado de personas que ni le conocieran ni él conociese. Escogió el pueblo de Aix-en-Provence.

Fruto de aquella escapada nació un libro delicioso. El día que vaig marxar. De él ha hablado con Jordi Basté en RAC1. ¿Por qué se fue? "50 años... Empiezas a tener aquel miedo de que un día los padres se irán, porque ya han empezado su decadencia, ya no son los que eran... Mi padre había empezado la demencia... De hecho, el día que me marcho a Francia, cuando ya estaba fuera, es el primer día que mi padre no reconoce a mi madre, en casa, después de 60 años juntos. Y ella también estaba fastidiada, en un momento de tumores".

Albert Om / TV3

Om necesitaba "Borrarme del día a día. Pulsar el botón de pausa. Hacer un paréntesis", cosa que aprovechó para aprender francés. Y para hacer "excursiones al pasado. El libro es un homenaje a los padres". Un homenaje sentido, emotivo, sincero, de añoranza, pero también de inmenso agradecimiento hacia ellos. Basté le recuerda una frase conmovedora del libro: "Los padres no se mueren un día: se te van muriendo'.... Eso es tan triste... Porque es así". Om reconoce que se hace difícil cuando poco a poco te das cuenta de ello, por ejemplo, con la sordera inicial del padre: "Va quedando desconectado de la familia, de las comidas familiares donde deja de participar porque no oye".

Albert Om @catorze.cat

El periodista, con la emoción del recuerdo de sus padres, habla también de un comportamiento que probablemente todos los hijos hemos tenido alguna vez, y que luego lamentas profundamente: "Les exigimos que sean los mismos padres que eran cuando nosotros éramos pequeños. Los queremos siempre con todas las prestaciones. Y cuándo te hacen repetir una cosa o te explican una cosa por tercera vez y les dices: ¡'Ay, madre, ya me lo has explicado'!, pienso, 'osti, ¿¿pero que hago??. "Qué injustos somos", añade Basté con razón.

Albert Om / @totbcn

Lean el libro de Om. Vale la pena. Un homenaje a los padres. A los suyos. Pero también a los de cada uno.