Qué manera la de empezar su tercera temporada el Col·lapse de Ricard Ustrell en TV3. Con récord histórico y superando al TN Fin de Semana, un hito insólito hasta ahora. 608.000 espectadores y un brutal 17,9 de share, el programa más visto de Catalunya, gracias a entrevistas conmovedoras, emocionantes y sobrecogedoras como la que le ha hecho a su buen amigo Àngel Llàcer, que estuvo a punto de morir después de contraer una bacteria en un viaje a Vietnam: "O salía del hospital sin pierna o no salía", ha sido una de las muchas declaraciones que ponían la carne de gallina y hacían ir los kleenex arriba y abajo, también en plató, con las lágrimas del actor y director catalán, o las del propio Ustrell.
No solo Llàcer ha hecho que los espectadores catalanes estuvieran plantados en casa mirando el programa. También las entrevistas a Josep Mª Mainat, Pilar Eyre hablando del rey Juan Carlos, Carles Francino o el genial Albert Pla. El cantautor y colaborador de Col·lapse protagonizó un retorno sublime, a la altura de alguien como él, que no solo es un crac encima de los escenarios cuando canta, sino también sentado en un sofá cuando las va soltando, con aquella ironía y cachondeándose siempre que puede del personal. Por ejemplo, de los poderes del estado español y la policía, y su incapacidad de detener al president Puigdemont cuando volvió a Catalunya el pasado agosto, y se presentó delante de miles de catalanes en el Paseo Lluís Companys, en el Arco del Triunfo, para hacer una arenga y después marcharse por donde había venido sin dejar ni rastro.
Aquel retorno de película, del que después hemos ido sabiendo más detalles, con todos los miembros de la policía y los Mossos buscándolo para detenerlo, sin conseguirlo aquel "No sé cuándo nos volveremos a ver. Cuando nos volvamos a ver espero que gritemos juntos el grito con que acabaré este discurso: ¡Visca Catalunya"! ante todo el mundo, y después dejando con un palmo de narices al juez Llarena y a todos los que formaban parte de la operación Gàbia, como si fuera un terrorista, fue espectacular, y todavía hoy se recuerda, la manera como los dejó en ridículo. Un hazmereír en el que Toni Albà mojó pan.
Albert Pla, a los pies del president: "Este tio es brutal. Imagina, si el día que lo vigilaba todo el mundo, el tio entró y salió, es que vive aquí en Catalunya", y empieza a mearse de risa, igual que los espectadores. Un Pla desatado, "Yo estuve cenando con él el otro día en la Ametlla de Mar", continúa cachondeándose, y cuando Ustrell le dice "¿crees que puede aparecer aquí sentado entre el público"?, responde "está aquí, en TV3, aquí entre el público, no, sin embargo... en la cabina de control...".
Albert Pla, una vez más, maravilloso.