Ana Rosa Quintana sigue apostando fuerte por el trifachito. Si al día siguiente del 28-A recibió a Santiago Abascal, ahora ha sido el turno de un Albert Rivera que no ha desactivado el piloto automático y sigue en campaña electoral. El de Ciudadanos no abandona la trinchera, y ahora todavía menos, una vez autoproclamado como líder de la oposición a Pedro Sánchez, a quien ha dirigido una felicitación envenenada: "Yo no soy como el PSOE, que rodean el parlamento andaluz. Yo felicito al ganador". El talante de Rivera le delata. Prepotencia, victimismo y cero autocrítica. Y mucho cinismo: "Estamos hartos de hablar de Torra, de Puigdemont y de Bildu. Mientras no dejemos de hablar de ellos no habrá tren en Extremadura" aludiendo a los problemas de "la España vaciada" y que han sido abandonados, también por C's, por la polarización de la campaña contra Catalunya.

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"Hartos de hablar de Torra y Puigdemont", dice Alberto Carlos. Como mínimo, y siendo educado, es difícil de creérselo. Tendríamos que bucear en las profundidades de las hemerotecas y archivos audiovisuales para encontrar una intervención de Rivera olvidándose de la existencia de su bestia negra: El soberanismo. En este sentido, su anfitriona le ha tenido que preguntar (con toda la delicadeza y camaradería propia de los colegas) por el hundimiento de su partido y del PP en territorios donde su adversario es un actor político de primer orden; Catalunya y Euskal Herria, feudos en los que no han conseguido ningún diputado. "Hay que asumir que existe quien quiere romper el país, quien se cree superior", tildando la expresión popular de rechazo a sus ideas como "amenazas de muerte", en Errenteria, Altsasu y Torroella de Montgrí. Como decíamos, nada de autocrítica y mucho victimismo.

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El "renovado" repertorio de Rivera ha continuado con más grandes éxitos, del tipo "el gobierno debe decidir si quiere servir a los leales a España o a los que quieren liquidar el país", o "el PSOE y el PP ha abandonado a vascos y catalanes". Alberto, que también te están abandonando a ti, por más que te esfuerces en retorcer los resultados de las urnas. En vez de buscar como conseguir que los socialistas acaben pactando contigo (y venderlo como una victoria propia de un emperador), quizás deberías reflexionar sobre el papel de Ciudadanos como bombero pirómano. Haz caso a una (nunca moderada) Esperanza Aguirre, que minutos antes decía a Ana Rosa que "alguna cosa estamos haciendo mal en Catalunya y Euskadi". Si te lo tiene que decir la condesa y grande de España, es que no te estás dando cuenta de nada. O que no te quieres enterar.