Irresponsable se queda muy corto. Infecto sería demasiado blando. Vomitivo se acercaría, pero ya lo hemos utilizado en otras ocasiones. Albert Rivera ha puesto las cosas difíciles a la opinión pública para calificar uno de sus últimos tuits. El tema de su mensaje, los disturbios en Barcelona a raíz de la sentencia del Procés. Un hit en Ciudadanos, utilizado por Lorena Roldán en su performance del Parlament de Catalunya. Pero "dónde manda patrón, no manda mariner@", y el maestro naranjito le ha demostrado a sus aprendices que todavía tienen que picar mucha piedra para, algún día, poder hablar con el barcelonés de igual a igual. Lección maestra de Rivera, que sin despeinarse, y sin perder un ápice de su maquillaje exagerado, ha comparado Barcelona con dos zonas castigadas por la guerra. GUERRA, perdón. Con mayúsculas. Ni más ni menos que Alepo, en Siria, y Bagdad, en Irak. Cualquier explicación al respecto sobra. Sólo añadir que la bestialidad es la nueva forma de exigir la aplicación del 155 a Catalunya. Demencial.
Evidentemente, el tuit de Rivera no ha pasado desapercibido. Y no, no crean que la merecida paliza que ha recibido en redes ha venido sólo de catalanes indignados con la dosis extrema de veneno incluido en su texto. La inconsciencia de Alberto Carlos sorprende a "propios y a extraños". Que importa frivolizar con conflictos bélicos o zonas asoladas por el terrorismo más brutal. Decenas de miles de muertos (como mínimo) son lo mismo que decenas de contenedores y un puñado de coches quemados. "Todo vale".
Este 'señor' es el que se postula para presidente del Gobierno. "No hay más preguntas, señoría".