Albert Rivera vuelve y, rompiendo la dinámica de los últimos tiempos, no es por una cuestión de sus amores y desamores, de su pasión desatada o del rechazo que le provocan algunas exparejas. El abogado, profesor y expolítico catalán acaba de estrenarse en la moda de los pódcasts, universo que como está quedando demostrado, sirve para poner un micrófono al primero que pasa por delante. Y como pasa en todos los medios, algunos valen la pena; muchísimos, no. Eso, claro, siempre que no seas un espectador muy concreto, que encuentra el humor bajo la piedra más gris. Entonces sí, este pódcast en concreto es el tuyo. Y el de Rivera, creador y enterrador de Ciudadanos.

El programa en cuestión lo presenta un tipo con fijador y aspecto neoliberal como Alberto Carlos, donde se habla de economía, de política, de empresa, de emprendeduría, educación, éxito. De arreglar España. Es decir, de Albert, siempre según su perspectiva de la historia. Aquella que lo ha convertido en jefe de estudios de un Máster de Liderazgo donde ha colocado a sus partners in crime del Congreso. Es seguro que una de las clases del curso tenga como material didáctico la entrevista a Rivera, no tengan ningún tipo de duda. Qué autocomplacencia. Qué concepto de él mismo. Qué cara.

Albert Rivera perrito Lucas Ciudadanos
Albert Rivera / Ciudadanos

"Para un emprendedor como yo", empieza el vídeo que arrasa en redes, como ejemplo práctico de delirio de grandeza. "Llegué al convencimiento de que la España que yo soñaba no iba a ser posible". Bien, eso y que dilapidaste más de 50 diputados por tus ansias personales, y en la repetición electoral el PP y VOX te fagocitaron. La megalomanía del de Granollers llega a extremos de jactarse de su conexión con Obama. El norteamericano, por si no lo sabían, dedicaba noches completas en el despacho oval y el Air Force One para estudiar la vida y milagros de aquel fenómeno que se desnudaba por la unión de España y Catalunya. "Se sabía toda mi biografía. Sabía lo que era Ciudadanos, la ideología, el proyecto. Todo". Después, citas de Stephen Hawking y victimismo: él quería cambiar las cosas, pero las urnas fueron crueles. Nada de autocrítica. Y el remate final: defender que los millonarios se vayan de España a paraísos fiscales, porque "la clase productiva somos minoría". Otro patriota de pulserita que se largará cuando llegue el momento. Rivera's style.

Barack Obama Barcelona / Europa Press
Barack Obama en Barcelona / Europa Press

El cachondeo en las redes sociales es mayúsculo, y obviamente proporcional al nivel de las afirmaciones mesiánicas de un Rivera lejos de la realidad. Lo han despedazado, es así. Como numerito cómico, siempre agradecemos sus reapariciones. Como síntoma del pensamiento político que nos rodea, una maravilla saber que ahora su discurso solo ha quedado para pódcasts y youtubers. Lejos del Parlamento, lejos de las instituciones. También de Catalunya y el catalán. Bye-bye.

Albert Rivera X
Albert Rivera / X