Albert Rivera tiene platós de televisión donde se siente como en casa casa y platós que le provocan desazón y que esté más nervioso de lo que en él es habitual. En casa de la Griso, en Espejo Público, sólo le falta dejar el cepillo de dientes y las pantuflas. Aparte de que aparece casi más que la misma presentadora, acostumbra a ser más un masaje que otra cosa. La Sexta no le hace tanta gracia. Y menos, si se encuentra Ferran Monegal.

La Sexta

El crítico de televisión, que no es sospechoso de ser el defensor número 1 del procés y de la independencia de Catalunya, todo lo contrario, sorprendió a los espectadores y el propio líder de Cs al ponerle contra las cuerdas en La Sexta noche, donde Rivera fue de invitado. Le enseñó diferentes momentos televisivos y dejó en evidencia a Rivera. Por ejemplo, a la hora de hablar de los lazos amarillos que él y Arrimadas sacaron en un pueblo del Maresme.

Efe

"Una cosa es poner lazos amarillos y otra quitarlos, arrancarlos. Si hubiera que quitar lazos serían las instituciones municipales, no usted", le critica Monegal. Rivera nervioso repitiendo el mantra de que la Generalitat no lo hace y que el espacio público es de todos y sacando las pintadas a la casa de Llarena para salirse por la tangente. "Yo no soy sospechoso de que en mis escritos esté el independentismo, pero en esto se equivoca. Se reivindicaba la libertad de unas personas, no la independencia. Usted estaba haciendo de Rajoy, y Arrimadas lo que tiene que hacer es hablar para Catalunya y no para España".

La Sexta

Rivera nervioso. No paraba de peinarse y tocarse el botón de la chaqueta. Mucho más tenso, que, cómo decíamos, cuándo visita a Susanna Griso. Monegal, sin embargo, no le puso un momento de alguna de sus entrevistas en Antena 3, sino una parodia que hicieron en el programa Polònia de TV3 sobre el flirt entre entrevistado y entrevistada. Una tensión bien diferente de la que le provocaron los lazos amarillos. Una tensión erótico-festiva.

La Sexta

"'Polònia', que és un programa de TV3 del señor Toni Soler, que también es independentista, tiene fijación también con Susanna Griso. Está bien que haya humor, pero no que sea sesgado", empieza Rivera. El crítico de tele le corta y le dice que si una virtud tiene el programa satírico es que reparte hacia todo el mundo. "Yo no estoy de acuerdo, yo creo que tiene el mismo sesgo. En todo caso, esto es un gag", dice Rivera. ¡Ah! ¡Alerta!, como diría Monegal: el líder del partido naranja reconociendo finalmente que lo que acabábamos de ver era un gag.... Sí, señor Rivera. Era un gag. Igual que el gag del adoctrinamiento de las escuelas catalanas. Pero en aquella ocasión, su número 1 en Catalunya, Inés Arrimadas, se sulfuró y dijo que era una "vergüenza". Quizás tendrían que poner en común el discurso que quieren vender a la ciudadanía. Si lo que le hizo sonreir mirando el flirteo con la Griso era un gag, también lo era aquel otro. Pero entonces incluso hicieron grotescas peticiones a una Comisión Parlamentaria.

TV3

Un Rivera para el que TV3 es una tele sesgada. No tan contundente estuvo cuando Monegal le echó en cara su actitud cuando fue de invitado a Els matins con Lídia Heredia, comparándolo con las informaciones que bajo el mandato del PP salían de la televisión pública española. "La Televisión española no defiende la ruptura ni el estado", se defiende Rivera.  "¡Por favor, señor Rivera! Si aquella mañana en la que estaban pegando el 1 de octubre, TVE en lugar de estar en la calle enseñando lo que estaba pasando, estaba en Hawai!!". Puedes ver todo el 'encuentro' Monegal-Rivera cliqueando encima de la foto:

Dudamos que Rivera y Monegal al acabar la entrevista se fueran a tomar una copa tan amigos... Y menos si también fue el canario amarillo Papitu.